Estamos acostumbrados a asociar la idea de 4×4 con enormes y carísimos todoterrenos, pero la verdad es que esto no siempre es así y en esta prueba de la gama AllGrip de Suzuki vamos a descubrir que existen muchas interpretaciones del 4×4. Obviamente no existe el 4×4 válido para todo, pero hoy ponemos a prueba diferentes formas de entender el 4×4 para descubrir que ya sea por seguridad, capacidad o diversión, quizá llevarse a casa un 4×4 es mejor idea de lo que parece.
Suzuki Jimny (AllGrip Pro): offroad puro y duro
El Suzuki Jimny es ya un viejo conocido en Diariomotor y una vez más de él cabe destacar su pasmosa facilidad para salir airoso de cualquier situación. Por complicada que ésta sea, el eficaz sistema de tracción 4×4 del Jimny permite enfrentarse a todo tipo de escenarios con total garantía de éxito. La receta del Suzuki Jimny es sumamente sencilla, de ahí su ajustado precio, recurriendo a un grupo motopropulsor básico pero fiable con un motor 1.5 atmosférico de 102 CV junto a un cambio manual de 5 relaciones muy cortas.
Suzuki Jimny PRO
Pero la magia está en su conexión con las 4 ruedas. El Jimny emplea un sistema de tracción total que permite circular con un solo eje engranado, con ambos ejes o con ambos ejes y reductora. No hay diferenciales bloqueables, ni siquiera un diferencial central, dejando en el control de tracción y el control de descenso todo el peso para superar los contratiempos más difíciles. Si buscas la elegancia y tecnología que ofrecen un Land Rover Discovery o Toyota Land Cruiser, olvídate del Jimny, pero eso sí, el pequeño Suzuki consigue el mismo objetivo por mucho menos dinero y con bastante más diversión.
El Jimny avanza por barro, arena o piedras sin ápice de sufrimiento. Su potencia es la justa, los movimientos de carrocería acusados, pero el Jimny es sobre todo efectivo. Suzuki nos preparó una pista todoterreno con todo tipo de «juegos» para llevar al límite las capacidades de este todoterreno y las conclusiones llegaron rápido y de forma muy clara. Con la reductora engranada y controlando el gas este coche avanza sin reparos, por donde sea y como sea, con absoluta autoridad. Hablamos de 4×4 puro y duro.
Suzuki Vitara (AllGrip Select): más que un SUV
Si las escapadas fuera de asfalto son menos asiduas y si sobre todo buscamos un coche realmente polivalente, el sistema de tracción total desconectable es a todas luces el sistema de tracción total ideal. Hablamos de una configuración muy común en el mercado, típica en SUV y crossover con tracción total. Dado que el uso en condiciones de baja adherencia es esporádico, este sistema prioriza en todo momento el envío de par hacia las ruedas delanteras para así evitar la merma en consumo que supone circular con 4 ruedas conectadas permanentemente.
Este sistema permite 4 programas de funcionamiento: Auto, Sport, Snow y Lock. Mientras el modo «Auto» es el modo por defecto donde el sistema decide cómo actuar en función del agarre disponible, el sistema «Sport» nos ofrece un punto extra de carácter para relajar los controles y dar más brío al eje posterior. Por su parte el modo «Snow» es el programa ideal para superficies muy resbaladizas como hielo, nieve, barro o hierba mojada, ofreciendo así un funcionamiento más suave y preciso de los controles y la transmisión para evitar el excesivo patinado de las ruedas. El modo «Lock» es el programa con el que bloqueamos el diferencial central para repartir el par entre trenes al 50/50, un modo destinado a caminos rotos o sin asfaltar.
Disponible en el Suzuki Vitara o el Suzuki S-Cross, pusimos a prueba este sistema por caminos sin asfaltar y en sus diferentes perfiles de conducción. A destacar el buen equilibrio entre confort y estabilidad del Vitara, pero sobre todo la buena combinación del motor 1.0 Boosterjet de 111 CV con el cambio manual y la tracción total. Hablamos de un SUV compacto sin grandes aspiraciones todoterreno, para eso está el Jimny, sin embargo es justo destacar que el sistema actúa con acierto y rapidez en todo momento, sin siquiera mostrar dudas cuando pisamos de más el acelerador o el barro abunda. También merece la pena subrayar el modo «Sport», un programa que añade un punto extra de diversión para circular fuera de asfalto con una trasera más protagonista y una mayor implicación del conductor.
Suzuki Ignis (AllGrip Auto): urbano y todocamino
También disponible en el Suzuki Swift, se trata del sistema 4×4 más sencillo disponible en la gama, aunque con la particularidad de ofrecer un modo «Grip Control» disponible únicamente en el Suzuki Ignis que es el que hemos probado en esta ocasión. Sí, hablamos de un coche bastante peculiar, de apenas 3,7 metros y enfoque claramente urbano, pero justo ahí reside la magia de este coche ya que en esta versión 4×4 nos brinda una curiosa forma de abordar el todocamino.
En esencia el sistema AllGrip Auto se trata de un sistema de tracción delantera que cuando detecta pérdidas en el tren anterior conecta las ruedas traseras para ganar agarre. No hay intervención humana posible, para bien y para mal todo recae en la gestón electrónica. Así es cómo trabaja el Suzuki Ignis y por ello resulta una opción interesante para terrenos deslizantes como carreteras o caminos con agua, nieve o hielo. Pero en el caso concreto del Suzuki Ignis este sistema AllGrip añade además una función «Grip Control» que hace trabajar de más a la electrónica para gestionar el envío de par de una forma más efectiva.
El resultado es un coche que gracias a sus apenas 905 Kg de peso, una altura libre al suelo de 18cm y 90 CV de potencia bien repartidos, es capaz de salir airoso de escenarios donde muchos otros SUV y Crossover se las ven y se las desean. Este sistema tiene sus obvias limitaciones si pensamos en verdadero todoterreno: cotas, potencia, suspensión, etc., pero en firmes deslizantes es una de esas pocas rarezas del mercado como el Fiat Panda 4×4 que demuestran que no hace falta un enorme y carísimo todoterreno para llegar hasta ese sitio que parece inaccesible en un turismo corriente.