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Prueba Tesla Model S 75D: ¿Es el Tesla más "barato" en España una alternativa real al coche tradicional?

Tesla es una realidad en España desde hace meses, y lo es con su presencia a nivel comercial con los Model S y Model X, pero también con sus primeros centros oficiales y su propia red de puntos de recarga. El punto de inflexión económicamente hablando llegará con el Tesla Model 3, pero hasta su desembarco en 2019 hemos decidido probar qué es lo que ofrece el Tesla más barato que hoy se vende en España. Además de ello, hemos querido probar a través de un viaje de 2.000 Km hasta qué punto un Tesla puede ser una alternativa real a los modelos de precio y potencia equivalente.

Tesla Model S 2021 Exterior 1

Tesla Model S

Berlina grande
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Nos guste admitirlo o no, lo que no podemos negar es que Tesla está dando un notable impulso al vehículo eléctrico en nuestro país, quizá no en números de ventas dados los precios de sus coches, pero sí en cuanto al modelo de movilidad apostando por soluciones que otros fabricantes no han querido o sabido explotar. El caso de la infraestructura es el más claro ejemplo, estaciones de carga rápida Supercharger por un lado y puntos de carga en destino por otro. Como ya decíamos, esto se podía haber hecho antes, pero hasta la llegada de Tesla las iniciativas de este tipo han sido escasas cuando no inexistentes.

Resumiendo por mucho la apuesta de Tesla nos encontramos con una berlina de corte «premium» que ha sido diseñada para integrar una batería de gran capacidad, añadiendo en el pack una infraestructura de recarga propia que te asegura no quedarte tirado jamás. A través de esta fórmula Tesla ha respondido a dos de los tres grandes problemas que plantea el cambio del coche tradicional al eléctrico: la escasa autonomía y la aún más escasa oferta de de puntos de recarga. El tercer problema es el precio, de ahí que Tesla haya iniciado su andadura comercial apuntando a los segmentos altos, lo que le permitía fabricar un coche eléctrico con mejores márgenes de beneficio, añadiendo prestaciones, posicionamiento y calidades más o menos premium. Así nació el Tesla Model S, después llegó el Tesla Model X y, tras una abaratamiento de los costes de producción y la tecnología, llega el turno del Tesla Model 3.

La agilidad y aceleración del Tesla Model S no es posible alcanzarla en un coche tradicional equivalente

A la espera del Tesla Model 3, en estos momentos el Tesla Model S 75D es el Tesla más barato que se comercializa en España con un precio de 86.000 euros. No es un precio bajo ni mucho menos, pero a igualdad de prestaciones, equipamiento y posicionamiento en el mercado, Tesla ha fabricado una alternativa eléctrica a los BMW Serie 5, Mercedes Clase E o Audi A6. La pregunta más allá es si esa alternativa teórica es capaz de cumplir en la práctica, motivo por el que nos propusimos realizar un viaje de Madrid a Málaga ida y vuelta, tomándonos varios días entre medias para realizar escapadas en busca de puntos de recarga en destino y tomando buena cuenta de los consumos, kilómetros y anécdotas que nos han acompañado.

El Tesla Model S 75D es actualmente el modelo más asequible que comercializa Tesla en España, instala una batería de 75 kWh, homologa una autonomía NEDC de 490 Km y emplea un grupo de propulsión con un motor eléctrico que rinde 265 CV y 525 Nm en cada eje. Con esta configuración el Tesla Model S 75D puede hacer el 0-100 Km/h en 4,4 segundos y alcanzar los 225 Km/h de velocidad máxima. Hasta hace sólo unas semanas Tesla comercializaba una versión de 60 kWh además de ofrecer en su gama la posibilidad de optar por configuración de tracción trasera o total a petición del cliente. Ahora se ha reestructurado la gama y todas las versiones son tracción total «D» y la batería de menor capacidad a la venta es de 75 kWh. Haciendo cábalas parece que todo responde al reposicionamiento del Model S ante la llegada del Model 3.

Como vehículo el Tesla Model S ofrece una visión completamente distinta a lo que estamos acostumbrados y para ejemplo nada mejor que su interior. Tesla ha impreso un fuerte carácter «geek» a sus coches, algo que ha conseguido apostando por el minimalismo en su interior y emulando la experiencia de uso que podemos tener con un smartphone. Así, todo su salpicadero se resume en dos pantallas, por un lado el cuadro de instrumentos completamente digital, y por otro y mucho más importante la enorme pantalla LCD de 17 pulgadas con la que se gestionan todos los parámetros del vehículo. Los botones físicos son prácticamente inexistentes en el interior, la interfaz trabaja de forma muy fluida y es bastante intuitiva, pero sin embargo nos encontramos con una rompedora apuesta de diseño que choca con la seguridad. Aunque no es la primera vez que me he subido a un Tesla, mi falta de familiarización con la enorme pantalla táctil me ha obligado a quitar los ojos de la carretera en alguna ocasión. Ubicar el grueso de las funciones en la pantalla táctil distrae, y a pesar de una interfaz física en el volante que ayuda, tarde o temprano acabas mirando donde estás poniendo el dedo cuando toca echar mano de la pantalla.

Su pantalla de 17″ es una oda al diseño y a la tecnología, pero nosotros echamos en falta botones por simple seguridad

Las cualidades de conducir un eléctrico posiblemente sean conocidas por muchos: silencio, confort, empuje instántaneo, aceleración muy contundente, escaso mantenimiento, etc. Esto es aplicable a cualquier vehículo que se beneficie de un motor eléctrico, por ello hemos decidido ir un paso más allá en este análisis. El Tesla Model S 75D es una berlina de grandes dimensiones y peso, 4,97 metros y 2 toneladas, sin embargo su agilidad y control distan mucho de esas cifras. Por un lado nos beneficiamos del bajo centro de gravedad conseguido con la colocación de las baterías bajo el suelo de habitáculo, por otro lado de la respuesta del motor eléctrico que mueve con muchísima facilidad el conjunto. Su dirección es obediente, falta de feedback, pero personalizable en asistencia. Además cuenta con una suspensión equilibrada, confortable para grandes viajes, pero firme para contener las inercias. No encontramos un carácter deportivo, para eso está el P100D, pero se ofrecen matices de diversión acordes a la potencia que puede desarrollar.

Nuestra salida de Madrid se produce con las baterías a plena carga, lo que nos lleva a jugar con la aceleración, sus modos de regeneración de frenada, enfrentarlo a alguna carretera de curvas… un uso más bien intensivo que nos lleva el consumo hasta los 24 kWh. El Tesla Model S 75D cuenta con una enorme batería de 75 kWh, y esto es hablar de mucha capacidad incluso en el peor escenario de un eléctrico que es la alta velocidad. A medida que acumulamos kilómetros en autovía observamos que el Model S se encuentra realmente cómodo entre 110 y 120 Km/h, por debajo el consumo se reduce, pero circular a menor velocidad supondría añadir un hándicap a esta prueba. Nos mantenemos a la máxima velocidad permitida durante todo el viaje a Málaga, consiguiendo un consumo medio de 22,5 kWh, lo que se traduce en una autonomía de entre 320 y 340 kilómetros reales.

Las cuentas salen: el coste por kilómetro del Tesla Model S 75D es muy inferior a un Diésel o Gasolina equivalentes

Para cumplir nuestro objetivo de roadtrip con destino a más de 500 kilómetros, la prueba de fuego la íbamos a encontrar en las estaciones Supercharger. En nuestro recorrido visitamos dos de las estaciones Supercharger que se han instalado este año 2017, una en Manzanares y otra en Moraleda de Zafayona. Ambas estaciones permiten recargar a potencias de hasta 125 kW y cuentan con una decena de postes. Nuestro roadtrip necesitó de una hora de recarga en Manzanares y otra media hora en Zafayona para llegar con kilómetros de sobra a nuestro destino. Si tenemos en cuenta que hacer este viaje de una sentada supondría unas 5 horas, algo nada recomendable por seguridad, llegamos a la conclusión de que el tiempo de recarga en Supercharger es ligeramente superior al tiempo que deberíamos tomarnos cada dos horas de viaje en un coche convencional, ya sea para beber, comer, repostar o ir al servicio. La política de uso de los Supercharger está basada en el uso ocasional para viajes de larga distancia, de este modo Tesla regala 400 kWh de carga al año, unos 1.700 kilómetros de autonomía, pasando a cobrar 0,24 €/kWh después. Con esta tarifa un viaje de 550 kilómetros a 22,5 kWh nos hubiese costado 29,7 euros. Si hacemos un cálculo comparativo con una berlina diésel de similares prestaciones con un consumo real de 6 l/100 Km y repostando gasóleo a 1.10 €/litro el precio a pagar por los mismo kilómetros sería de 36,3 euros. En el caso de la alternativa gasolina, con un consumo de 8 l/100 Km y repostando a 1.25 €/litro, el coste del viaje sería de 55 euros.

En Málaga cambiamos el chip, y aunque para recorridos cortos y medios la mejor opción es recargar en casa vía Wallbox, nos centramos única y exclusivamente en los puntos de carga en destino para visitar el máximo de ubicaciones posible. La red de recarga en destino es una infraestructura que permite recargar a potencias de entre 11 y 22 kW, lo que supone recargar unos 80 kilómetros de autonomía por cada hora de conexión. La filosofía de los puntos de recarga en destino de Tesla es ofrecer a los clientes de centros comerciales, aparcamientos públicos, hoteles, restaurantes, supermercados, etc. la posibilidad de recargar gratuitamente durante la estancia. Esto quier decir que durante el uso de las instalaciones podremos recargar, lo que supone un valor añadido a la hora de ir al supermercado o estacionar en un aparcamiento público. Esta red cuenta con más de 200 puntos de recarga en toda España. Tras varias jornadas comprobando puntos y añadiendo cálculos de consumo en Málaga llegó el retorno a Madrid, realizando el mismo viaje de ida con la única salvedad de que invertimos algo menos de tiempo en los Supercharger por salir con las baterías plenamente cargadas desde el arranque.

Tras este viaje que nos ha llevado a rozar los 2.000 kilómetros por todo tipo de carreteras y usos, el Tesla Model S 75D nos ha demostrado que consigue lo que promete. Sin ser un eléctrico al alcance de todos los bolsillos, en su segmento sí que ofrece una alternativa real a modelos de similares prestaciones, alternativa que es posible gracias a su batería de gran capacidad y en no menor medida a la infraestructura de recarga que esfuma cualquier miedo sobre la autonomía. Más allá de aspectos subjetivos como diseño, imagen de marca o conciencia medioambiental, el Tesla Model S 75D nos ha convencido como alternativa. Sólo queda por ver si el Tesla Model 3 será capaz de replicar con éxito la misma fórmula pero a un menor precio.

* Si todavía tienes ganas de más, recuerda que en el Instagram de Diariomotor (@Diariomotor) puedes encontrar vídeos e imágenes sobre la prueba del Tesla Model S como este que te dejamos aquí:

Vídeo destacado del Tesla Model S

Imagen para el vídeo destacado del Tesla Model S Botón de play

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David Clavero

David Clavero comenzó a trabajar en Diariomotor en agosto de 2011, iniciando así una trayectoria que le ha permitido profesionalizar sus dos grandes pasiones, que son el automovilismo y la tecnología en todas y cada una de sus facetas. Seguir leyendo...

Firma de David Clavero
Tesla Model S 2021 Exterior 1
Logo de la marca tesla

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El Tesla Model S es el eléctrico a baterías con mayor autonomía que está a la venta en España. Cuenta con una potencia de 1.020 CV, tracción a las 4 ruedas, la mayor aceleración del mercado y una autonomía de hasta 600 km WLTP (realista) gracias a una gigantesca batería de 100 kWh

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