Los coches eléctricos son electrodomésticos. Es un comentario despectivo que solemos escuchar casi a diario en nuestras redes sociales, a amigos o aficionados a los coches. Y sin embargo, el coche eléctrico que analizamos a fondo en este artículo ha sido el coche más vendido en Europa y en el mundo en 2023, además de liderar las ventas del segmento de los eléctricos en multitud de países. En este artículo analizamos a fondo y probamos el Tesla Model Y para averiguar qué lo hace especial, y si tiene sentido que lo sigas llamado «lavadora».
¿Por qué el Tesla Model Y es el coche más vendido del mundo?
Para tratar de entenderlo, hemos probado un Tesla Model Y en versión Long Range Dual Motor, equipado con una batería de 75 kWh de capacidad y tracción integral. Con 533 km de autonomía WLTP, puede llegar bastante más lejos que el Model Y Tracción Trasera (455 km), pero no tan lejos como el Model Y Long Range Tracción Trasera (600 km). Es un buen punto medio realista. La unidad que probamos ha sido apodada como «The Witch» por el equipo de comunicación de Tesla, gracias a su color exterior negro, sus llantas negras, y su habitáculo negro.
Tesla Model Y
Fotos del Tesla Model Y LR AWD 2024
El coche camufla francamente bien sus 4,75 metros de longitud: parece, a simple vista, bastante más pequeño. Su diseño exterior es amable y sencillo, con líneas muy limpias. Con todo, el coche presenta bastante músculo en torno a sus pasos de rueda, rellenos con llantas de 20 pulgadas, y tiene una marcada caída de techo en su parte trasera. En su zaga, un alerón integrado en el portón trasero y un difusor funcional contribuyen a su excepcional rendimiento aerodinámico: tiene un coeficiente aerodinámico de solo 0,23, muy meritorio para un SUV.
Te puede parecer mas o menos bonito, pero no es un diseño que polarice la opinión de sus potenciales clientes: a todo el mundo le puede encajar. Su interior es más parecido al salón de casa que al interior de un coche convencional. Su salpicadero es completamente recto, y en él solo destacan la pantalla central de 15,4 pulgadas y el volante. No hay mandos físicos de ningún tipo más allá de dos palancas tras el volante – que han sido eliminadas en la actualización del Tesla Model 3, dicho sea de paso.
Gracias a esto, el puesto de conducción se siente muy diáfano y espacioso, además de estar rematado con materiales de calidad. Los ajustes están a un gran nivel, y dejan atrás los tiempos en los que algunas unidades presentaban fallos notables de acabado. Me gusta el diámetro del volante, y el hecho de que es completamente circular. También valoro positivamente la presencia de dos cargadores inalámbricos bajo la pantalla central y los grandes huecos portaobjetos que tenemos entre ambos asientos.
Pero sin duda, lo mejor del interior del Model Y son sus plazas traseras. No solo tienen un espacio enorme en todas sus cotas – aunque seamos adultos de talla muy superior a la media – si no que no nos obligan a viajar con las piernas flexionadas o en posiciones poco ergonómicas. La fila trasera no es deslizante ni reclinable, pero goza de un fondo completamente plano, aireadores, puertos de carga y la parte trasera de los asientos está rematada en plástico – algo a valorar positivamente, sobre todo con niños a bordo.
El maletero trasero del Tesla Model Y es gigantesco. Cubica nada menos que 854 litros, y es uno de los más grandes del mercado. Esta cifra es posible gracias a una enorme cubeta inferior, y espacios disponibles a ambos lados. Además es profundo, con una boca ancha y situada a una altura del suelo muy cómoda. Abatiendo los asientos traseros, desde pulsadores electromecánicos, se forma una superficie plana de carga. El maletero frontal, que abrimos desde la pantalla, es una cubeta forrada en plástico con 117 litros de espacio de carga adicional.
En este aspecto, el Tesla Model Y está muy por encima de la media del segmento y de sus rivales.
La tecnología manda, pero la eficiencia también
Hay que tener claro algo importante a la hora de analizar el Model Y: la tecnología manda sobre todas las cosas, para bien y para mal. Para bien, gracias a la extrema fluidez y carácter intuitivo de la pantalla central del coche. El sistema nos ofrece muchísima información y ofrece opciones de entretenimiento no disponibles en prácticamente ningún coche: desde videojuegos interactivos usando el volante del coche a Netflix o YouTube, pasando por «memes rodantes» como un simulador de flatulencias – ¡con ocho tipos de gases diferentes!
También el coche es capaz de ofrecernos un show de música y luces, podemos componer canciones o hacer dibujos en su pantalla, o podemos elegir una serie de sonidos – a cada cual más desternillante – para que se escuchen fuera del coche al pitar o bloquear el vehículo. Incluso podemos subir nuestros propios sonidos. No obstante, todo se maneja desde esta pantalla. Y cuando digo todo, digo todo: la apertura de la guantera, el maletero frontal, la tapa de carga, la regulación de los espejos retrovisores, el volante o los limpiaparabrisas.
Y de momento, el Model Y no ha suprimido la palanca selectora del cambio y los intermitentes, como sí ha hecho el resto de coches de la gama de Tesla. Esta excesiva dependencia de la pantalla central – el coche carece de head-up display – es contraproducente a nivel ergonómico, y crea problemas donde no los había (por ejemplo, con la apertura de la guantera), pero ofrece al coche un aura tecnológica que algunos clientes pueden encontrar muy atractiva. Sin embargo, no convencen a otra parte del público, especialmente el más tradicional.
El Tesla Model Y puede abrumarnos con la tecnología, pero también quiero dejar claro que es un coche con una eficiencia excepcional y una dinámica muy cuidada. A velocidades legales en un ciclo extraurbano ha logrado posicionarse por debajo de los 20 kWh/100 km en condiciones realistas y desfavorables. En ciclos mixtos, es sencillo llevarlo en el entorno de los 16 kWh/100 km. En ciudad, incluso menos. Estas cifras son sencillamente inalcanzables para sus competidores, y son excepcionales para un coche con su tamaño y su superficie frontal.
Con una batería de 75 kWh de capacidad y 533 km de autonomía homologada es sencillo acercarse a sus datos homologados en ciclo mixto, y rondar los 400 km en un ciclo de conducción puramente extraurbano. A esta excelente eficiencia se suma el rodar silencioso y correctamente aislado de un eléctrico, pero con un dinamismo que no esperaba. La suspensión es firme pero filtra bien las imperfecciones del asfalto y baches, algo muy meritorio en un coche de casi dos toneladas – 2.054 kilos en orden de marcha – calzados con llantas de 20 pulgadas.
Su dirección ha superado mis expectativas en cuanto a comunicación con el conductor – podemos elegir su grado de asistencia – y el coche tiene un paso por curva francamente ágil pese a su masa. Puedo afirmar y afirmo que está entre los mejores coches eléctricos del segmento SUV en placer de conducción – y os lo dice un petrolhead acérrimo. Con dos motores y 514 CV de potencia combinada, el coche permite un 0 a 100 km/h de 5,0 segundos y una velocidad punta de 217 km/h. Si buscamos mayor rendimiento, Tesla te venderá un Model Y Performance.
No obstante, conducir el Tesla Model Y no es emocionante. Como ocurre con casi todos los coches eléctricos, es un producto donde impera la eficacia y la racionalidad, y su experiencia de conducción – necesariamente más unidimensional que en un coche tradicional – lo refleja. Con todo, no hay que esconder que el Model Y es un SUV familiar. Es un coche donde el placer de conducción queda relegado a un segundo plano ante la eficiencia, el espacio a bordo, la practicidad y otros factores más objetivos.
No lo llames automóvil
Quizá la clave para entender el Tesla Model Y es no valorarlo como si fuera un coche de toda la vida. Quizá la clave es verlo como un producto tecnológico, creado por un fabricante de aparatos de electrónica de consumo. Un producto tecnológico que además, sirve para transportar personas de un punto a otro. Con este prisma y bajo esta luz renovada, entender el éxito del Model Y es más sencillo. No es un producto pasional para petrolheads, y nos guste o no, no le aplican las mismas «normas» que rigen al resto de fabricantes de coches más tradicionales.
En pocas palabras, el Tesla Model Y destaca por una eficiencia sin igual en su segmento, por su acceso a la mejor red de recarga rápida actualmente en existencia, y por unas capacidades tecnológicas aun muy por encima de la media de su segmento. No es ni mucho menos un coche perfecto: tiene puntos muy mejorables en su ergonomía, y la marca tiene deberes en lo tocante a servicio y calidad de fabricación. Aun siendo un coche imperfecto, sigue siendo el mejor coche eléctrico que puedes comprarte en el segmento de los SUV medianos.
El futuro del Tesla Model Y
Tesla está preparada para aplicar al Model Y unas modificaciones similares a las que aplicó al Model 3 en 2023. Hablamos de una estética renovada, con un interior renovado, en el que perderemos aun más mandos físicos. Con todo, el renovado Tesla Model Y mejorará su autonomía y prestaciones, y se mantendrá fresco con respecto a su competencia. Sin embargo, Tesla tiene un problema de stocks del Model Y, derivados de un notable exceso de oferta. Cuando se estabilice la relación oferta-demanda del SUV eléctrico, podrá ser puesto en producción de forma rápida.
Por el momento, el Model Y que hemos probado seguirá estando plenamente vigente.
Fotos del Tesla Model Y LR AWD 2024