Amantes del motor, aún hay esperanza para nosotros. Hoy es un día muy especial ya que os traemos la prueba del nuevo Toyota GR86 2022, el sucesor de esa idea de deportivo puro, asequible y muy divertido que defendió el GT86. Se trata de una actualización que esconde más cambios de los que parece, pero donde todas y cada una de las modificaciones se han hecho para no cambiar nada de su receta original. Diferente, muy especial y ante todo fiel a su espíritu, hoy analizamos en vídeo el nuevo Toyota GR86.
Del GT86 al GR86
Para entender el nuevo Toyota GR86, primero hay que hablar de su antecesor, el Toyota GT86. Este deportivo nacía en 2012 fruto de una colaboración entre Toyota y Subaru para crear un coche deportivo con lo mejor de ambas casas. El objetivo no era crear un deportivo visceral o de altas prestaciones, sino todo lo contrario, un deportivo que abrazase la sencillez para priorizar las sensaciones y el poder ofrecer un precio lo más ajustado posible.
El resultado fue un coupé de 4,24 metros que, si bien Subaru lo llamó BRZ, Toyota lo bautizó como GT86 en honor al mítico AE86, también llamado Hachi-Roku y mundialmente conocido por su aparición en el anime japonés Initial-D y su repercusión en la cultura del motor nipón.
Pero en 2021, Toyota le ha dado una vuelta de tuerca a su deportivo más pequeño, y de paso le ha cambiado el nombre a GR86 para remarcar el papel de Gazoo Racing como filial deportiva de la marca. A partir del mismo esquema del GT86, Toyota ha rediseñado el chasis para aumentar la rigidez torsional en un 50%, dando vida además a una carrocería que apenas modifica sus cotas y, lo más importante, apenas añade 20 Kg más.
En términos de diseño, el GR86 con sus 4.265 mm cambia de forma radical su frontal, suavizando sus trazos y ganando en diferenciación frente a su hermano BRZ gracias a las tomas laterales específicas y el diseño de la gran boca central. En la vista lateral es donde menos cambios se aprecian si comparamos con un GT86, pues la única novedad reseñable es la salida de aire que se ha creado tras el paso de rueda delantero, el nuevo estribo y las llantas de 17 o 18″.
Y llegamos a la zaga para descubrir el punto que más cambia. Tenemos nuevos pilotos de diseño acuñado, un difusor más protagonista, con doble salida de escape cromada y de buen tamaño, y para terminar… un portón del maletero que prescinde del alerón fijo de su antecesor, para integrar un spoiler tipo ducktail que a mi juicio le queda bastante chulo.
Motor y cambio del Toyota GR86
De cara a esta nueva generación, Toyota y Subaru han revisado esta receta para, sin pretender perder un ápice de su filosofía, instalar un nuevo motor boxer de 2.4 litros atmosférico con una curva de par más llena y usable, haciendo que la potencia crezca hasta los 235 CV, el corte de inyección de sitúe en las 7.500 rpm y el par motor máximo sea de 250 Nm desde apenas 3.700 rpm.
Este cambio de mecánica no es casual, y es que con ella el GR86 pretende convencer a todos aquellos que no terminaron de entender el propulsor del GT86, una mecánica mucho más exigente en su uso tal y como os conté en el análisis del GT86 2019. El cambio de registro se percibe desde el primer momento en el que nos ponemos en marcha, disfrutando de un motor más lleno desde la zona media, pero sin perder esa progresividad viajando hasta el corte de inyección. Y obviamente esto también influye positivamente en las prestaciones, consiguiendo un 0-100 Km/h de 6,3 segundos y una velocidad punta de 226 Km/h.
En cuanto a la conducción, el GR86 se destapa como un coche de tacto añejo, de disfrute por bandera y donde lo que más importa es cómo de bien te lo quieres pasar redondeando curvas. El uso de un cambio manual de 6 relaciones unido a un eje trasero domado mediante un autoblocante mecánico, hacen que este coupé se deslice entre giros y cambios de apoyo de una forma noble y progresiva, pues no hay reacciones bruscas… ni siquiera por parte del ESP ya que cuenta con modo Track e incluso Off. Es cierto que el tacto del cambio manual no es tan bueno como el del GR Yaris, pero ofrece ese funcionamiento mecánico y duro que exige un coche de este talante.
Con un peso que se queda en los 1.270 Kg y un reparto de pesos 53:47, disfrutamos además de un deportivo ágil y bastante fácil de llevar al límite… incluso excederlo. Su masa ajustada, una dirección bastante comunicativa y un setup de suspensiones equilibrado hacen que el GR86 perdone los excesos, incluso que permita conducción diaria y largos viajes, pero todo ello sin sacrificar la estabilidad. De hecho, en todo el conjunto solo ha habido un elemento que considero podría ser mejor, y me refiero a los frenos.
Si bien por tacto convencen los frenos, por resistencia no tanto, demostrando no estar al nivel del último equipo Brembo que instaló el GT86. Si con el GR86 pretendemos acudir de forma asidua al circuito, no estaría de más ir buscando un equipo capaz de resistir más el abuso y las altas temperaturas. Y ya que estamos en este punto, no podemos pasar por alto que esta generación del GR86 podrá montar gomas Michelin Primacy HP en medidas 215/45 R17 (igual que su antecesor), o un equipo más prestacional Michelin Pilot Sport 4 en medidas 225/40 R18, que fue el que montaban nuestras unidades de prueba.
Precio y rivales del Toyota GR86
Una vez que ya sabemos cómo se las gasta este nuevo GR86 toca hablar de precios, y rivales… pero lo cierto es que en el mercado actual europeo no existen competidores directos para este coche por su filosofía tan particular, y menos aún por los alrededor de 35.000 mil euros que estimamos costará. Y decimos estimamos porque Toyota España aún no ha hecho oficial el precio que costará el GR86 en nuestro país, aunque sí que hemos podido saber que será ligeramente más caro que su antecesor.
Su alternativa más evidente sería el Subaru BRZ, pero en Europa no tendremos la suerte de poder comprarlo, por lo menos no de forma oficial. Así, obligados a abrir el abanico de opciones en tanto a precio y concepto, este GT86 puede competir con coches desde un Mazda MX-5 a un Audi TT, pasando por cualquier compacto deportivo tipo Cupra León o Civic Type-R.
Por lo tanto, este GR86 se reafirma una vez más como un rara avis en el mercado actual, pues ni siquiera resulta fácil buscarle competidores.
Es cierto que en estos tiempos este es un coche muy particular por su forma de enteder la deportividad, tampoco es un coche que vaya regalarnos las mejores prestaciones en relación a su precio, y además debemos tomarlo como un estricto biplaza.
Pero dicho esto, lo que de verdad debemos tener en cuenta es que este GR86 puede ser la última oportunidad que tengas para hacerte con un deportivo de verdad, sin ningún rastro de electrificación y que fue diseñado únicamente para disfrutar conduciéndolo.