Volkswagen le ha sacado brillo al Volkswagen T-Roc para ofrecernos, además de una versión descapotable, a un Volkswagen T-Roc R que pone sobre la mesa a una sugerente y polémica combinación de ingredientes, sugerente por sus 300 CV, por su imagen más agresiva y por su equipamiento, polémica por tratarse de un crossover deportivo, algo a lo que quizá el público más “quemado” no está todavía del todo acostumbrado y para conocerlo a fondo, para conducirlo y ponerlo a prueba, hemos viajado hasta Niza, a algunos de los tramos de montaña más espectaculares del mundo, ¿habrá superado el Volkswagen T-Roc R el examen? ¿Es un coche divertido?
Prueba en vídeo del Volkswagen T-Roc R
El Volkswagen T-Roc R tiene un diseño más agresivo y un buen equipamiento
Luciendo nuevos paragolpes, luciendo el bonito color opcional Lapis Blue tan característico de la familia R de Volkswagen, calzado con llantas de 19 pulgadas y con esas prometedoras 4 salidas de escape firmadas por Akrapovic en la zaga, el Volkswagen T-Roc R aguarda a las puertas del aeropuerto de Niza en una mañana que se presenta como idílica para poner a prueba un coche así.
Volkswagen T-Roc
Además de los nuevos paragolpes, con esas tomas delanteras para refrigerar la mecánica, además de las nuevas llantas o el nuevo difusor con las 4 salidas de escape, Volkswagen ha introducido más cambios en el Volkswagen T-Roc R para diferenciarlo del modelo normal, encontrándonos con unos asientos deportivos en su interior, con un tacto agradable y un buena agarre aunque su presencia no es todo lo radical que nos tienen acostumbrados otros asientos deportivos del segmento. También hay un volante deportivo, achatado por la base, unos pedales con un acabado metálico y una bonita moldura en color azul, por la que tendremos que pagar 130 euros.
De serie el Volkswagen T-Roc cuenta con un buen equipamiento de serie, no faltan elementos como la instrumentación totalmente digital de 10,25 pulgadas o el sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas, además cuenta con el sistema de acceso y arranque con llave inteligente, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámara de marcha atrás, el climatizador, el sistema de mantenimiento en el carril o el control de crucero adaptativo, pero tal y como ocurría con el Volkswagen T-Roc “normal” la ausencia de materiales blandos sobre el salpicadero ensombrece ligeramente la experiencia aunque cuenta, sea dicho de paso, con unos ajustes excelentes.
La mecánica del Volkswagen T-Roc R es una fórmula ya conocida pero no por ello menos interesante
En el apartado mecánico Volkswagen ha partido de una base bien conocida, una plataforma MQB presente en multitud de modelos del grupo y el motor 2.0 TSI que también hemos conocido en otros tantos coches, en modelos deportivos como el Volkswagen Golf R o el CUPRA Ateca.
Este motor entrega una potencia de 300 CV y un par de 400 Nm, cifras que se llevan al asfalto a través de un sistema de tracción total por Haldex. La lista de ingredientes de este cóctel prosigue con una nueva suspensión, con una altura rebajada en 20 mm, un chasis reforzado para la ocasión y un nuevo conjunto de frenos heredados del Volkswagen Golf R con el paquete Performance y que asoman tras unas llantas de 19 pulgadas opcionales, 18 como parte del equipamiento de serie.
El Volkswagen T-Roc R sólo está disponible con el cambio automático DSG de 7 velocidades, no hay opción de contar con un cambio manual como el que en su día equipó el Volkswagen Golf R y si optamos por el escape Akrapovic tendremos, además de un sonido fantástico, 8 kg menos en un conjunto que sobre la báscula arroja un peso de 1.575 kg. Eso sí, si queremos los escapes Akrapovic tendremos que desembolsar 4.000 euros.
Con este motor el Volkswagen T-Roc R es capaz de pulverizar el 0 a 100 km/h en 4.8 segundos, con un modo de Launch Control y su consumo es de 7.5 l/100 km, ¿su comportamiento? Hora de descubrirlo.
Prueba del Volkswagen T-Roc R
Lo que más llama la atención en el comportamiento del Volkswagen T-Roc R es la contundente entrega de potencia del motor de 2 litros, 400 Nm de par que te pegan al asiento y que te hacen devorar cada kilómetro a un ritmo vertiginoso, bien acompasado todo por un escape Akrapovic que petardea, que ruge y que te hace plantearte lo de gastarte 4.000 euros para equiparlo. Además no sólo hay ruido de escape, desde el salpicadero llega un bonito bramido mecánico potenciado por una caja de resonancia, aquí no hay sistemas electrónicos que adulteren el sonido del motor.
Hay una gran dualidad entre acudir a los modos de conducción más comedidos y plantar el modo Race en el selector de modos de conducción y la configuración deportiva del cambio automático. El Volkswagen T-Roc R nos enseña así dos caras, la del coche muy apto para el día a día, cómodo, sin ser estridente y la del deportivo de fin de semana, dispuesto a conquistarnos en nuestro tramo de montaña favorito, dispuesto a dibujarnos una buena sonrisa de lado a lado de la cara, ¿será un coche divertido en circuito hasta el punto de convertirse en un coche con el que ir a un trackday? Habrá que comprobarlo.
Más allá de la contundencia de su motor hay que destacar el buen comportamiento de la tracción total, una tracción que invita a redondear la curva y que acaba, junto a la suspensión, con las inercias que debería tener un coche sobre elevado como este, teniendo presente que el T-Roc normal ya cuenta con un buen comportamiento en el paso por curva.
La dirección goza de un buen peso en el modo Race, podríamos pedirle un tacto algo más directo pero es una buena dirección y sus suspensiones encajan a la perfección con esa dualidad de coche de diario y coche para divertirnos el fin de semana, con un tarado confortable en las calles de Niza y firme y efectivo en las curvas de este tramo de montaña, sin balanceos, sin cabeceos y formando un buen conjunto con la tracción total para acabar con las inercias que debería tener un coche de este tipo.
El escape gorgotea, petardea, en cada reducción, reteniendo. De hecho me veo reteniendo más de la cuenta y dando algún que otro golpe al acelerador para incentivar la aparición de algún que otro petardazo, llamadme macarra y me empiezo a plantear cuál es la pega que le puedo poner a este T-Roc R, ¿quizá un diseño más exagerado, aún más agresivo? Entiendo que hay mucha gente que prefiere pasar desapercibido, que no quede tan claro que su coche es un R. No os voy a sorprender si os digo que la falta de material blando en su interior es la pega más directa que le podemos achacar, es algo que ya he mencionado y que mencionamos en su momento en la prueba del T-Roc normal, pero hay otra pega…
Precio y conclusión, ¿la principal pega del Volkswagen T-Roc R? El Cupra Ateca
La otra pega es que en el mercado, en el propio grupo del Volkswagen T-Roc, hay un coche llamado CUPRA Ateca, que cuenta con un esquema mecánico parejo, que es también divertido y eficaz, pero que sin embargo nos ofrece un mejor acabado interior, un precio ligeramente inferior y una mayor habitabilidad. Vale, no se siente tan liviano como el T-Roc pero a cambio nos ofrece una calidad de rodadura superior. Y esto, es la gran pega que durante esta primera toma de contacto le puedo achacar al Volkswagen T-Roc R, porque Volkswagen ha hecho un coche redondo, divertido, deportivo, eficaz, ágil y contundente, con un gran motor, con un gran chasis y que estéticamente conquistará a muchos.
¿Su precio? El Volkswagen T-Roc R parte, precio de tarifa, desde 47.055 euros, un importe que debemos poner en contexto con los 46.460 euros desde los que parte el Volkswagen Golf R sin descuentos y los 45.550 euros del CUPRA Ateca.