Donald Trump está haciendo trizas la relación entre su país y China, arremetiendo duramente contra los desequilibrios de su balanza comercial -causada porque Estados Unidos importa más bienes chinos que bienes americanos son vendidos en China. Los aranceles impuestos por Donald Trump a los bienes chinos han sido contestados por parte de China, y la guerra comercial parece inevitable -con los consumidores y los trabajadores como principales víctimas. El sector del automóvil es uno de los más afectados, a lo ancho y largo de su cadena de valor. Volvo ha decidido tomar cartas en el asunto.
Volvo está en pie de guerra contra la política del gobierno de Estados Unidos, y no es para menos. EE.UU. es el principal mercado de Volvo, donde han invertido recientemente más de 1.100 millones de dólares en su primera fábrica estadounidense. Una apuesta que estaría en peligro si los Volvo S60 fabricados allí se encarecen a la hora de ser exportados. Pero lo más doloroso para Volvo no son los S60, sino el potencial encarecimiento de los coches que importa a EE.UU. Este mercado también es clave para los Volvo XC90, que han registrado fuertes crecimientos de ventas recientemente.
Volvo XC60
En esta noticia os hablamos específicamente del Volvo XC60. Aunque Volvo fabrica los XC60 para el mercado europeo en sus instalaciones suecas de Gotemburgo, los Volvo XC60 que vendía en Estados Unidos eran fabricados en China. Volvo también producirá en China la gama Polestar y los S90 Excellence para todo el mundo. Esto podría sorprenderte, pero no es ni mucho menos el único fabricante en vender en EE.UU. coches fabricados en China: el crossover Buick Enclave también está fabricado íntegramente en China. Los aranceles impuestos por Trump a los coches importados de China son de un 25%.
Esto implica que cada Volvo XC60 vendido en EE.UU. pasa a tener un coste hasta 7.000 dólares superior para la marca. Ante este escenario, Volvo ha decidido dejar de importar a EE.UU. los XC60 fabricados en China. Una buena noticia para la fábrica sueca de Volvo, que ha asumido la producción de estos XC60 con especificaciones estadounidenses. Por el momento, les saldrá mucho más asequible fabricarlos en Europa y exportarlos al otro lado del charco. Si la situación no cambia a futuro, incluso podrían plantearse su producción local. La incertidumbre actual ha congelado futuras decisiones de inversión.
Por el momento la industria europea se salva de estos aranceles, ¿pero qué ocurrirá si Trump decide imponer más aranceles a los coches europeos? Estados Unidos es el principal mercado de marcas europeas como Mercedes o BMW.
Fuente: ANE