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Prueba de la Yamaha TZR 80 en ciudad: una máquina irreverente

La Yamaha TZR 80 es un mito viviente entre los adolescentes que vivieron en los años 80 una serie de lanzamientos estelares. Motos de acceso derivadas de la competición, con garra, rápidas, con diseños deportivos. Gilera SP 01, Honda NSR, las Freccia de Cagiva y un largo etcétera. La TZR 80, fue una de las más codiciadas entre la chavalería que veía como se ponía de moda las hombreras y también estas pequeñas deportivas. Hoy, más de 30 años después, probamos qué ocurría si utilizáramos la pequeña Yamaha en nuestro día a día.

Hace poco murió la Reina de Inglaterra, Isabel II. Aunque nunca han sido mis preferidos, después de enterarme de la noticia puse el famoso «God Save the Queen» de los Sex Pistols. Quizá tras escucharlo una y otra vez, me contagié de ese espíritu punk inconformista. A la mañana siguiente, decidí no hacer deporte y hacer el desayuno a mis hijos; «¿pizza para desayunar?» Se extrañaron con alegría. «Si, pizza para desayunar», un desayuno contrario a las nuevas tendencias, desaconsejado y raro. Mientras terminamos el desayuno de los campeones, me acordé de otra canción: “el último punk, se suicida en Putney Bridge, su cuero negro, lleva el nombre de los Clash, se ha tirado sin mirar atrás…”  Tras  escuchar  el último “muerte en Putney Bridge” se me encendió la bombilla….

Ya no existen motos de acceso así. Es irreverente, salvaje para la actualidad. Suena, corre, echa humo y saca los instintos más primitivos de quien la pilota

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Hoy voy a probar para vosotros la Yamaha TZR 80 como moto del día a día. Una de las formas más irreverentes de moverse hoy.

Voy al garaje y compruebo que tiene aceite, abro el depósito para ver que efectivamente tiene gasolina, meto la llave en el contacto y arranco a patada. La moto que usaría Malcom McLaren para ver a Rotten y Vicius cobra vida. El sonido de esta “chicharra” de ochenta a bajas revoluciones es bastante metálico, no especialmente bonito, pero al ver su velocímetro con una máxima optimista y su cuentarrevoluciones con la zona roja en los once mil, entra la curiosidad de ver qué pasa cuando llegas ahí.

 

El humo blanco del dos tiempos en frío, hace que el garaje cobre una dimensión mística, piensas que el mago Merlín está cerca y que te guiará para descubrir donde está Excalibur. No busques mucho, está entre tus piernas. La pequeña Yamaha de 80 con chasis Deltabox, es estrecha, bajita y manejable. En los años 80 se ideó para que dieciseisañeros con acné, disfrutasen del aroma de la competición. Esta moto, sin duda, ha hecho que muchos padres de entonces no estuvieran tranquilos cada vez que sus hijos engranaban primera. Los mandos están bien colocados y el manillar, que parece estrecho a simple vista, es cómodo y ayuda a manejar la TZR perfectamente.

Como podréis ver, esta TZR 80 tiene dos cosas características: la primera, el faro redondo, en vez del rectangular, ciertamente la da un aire más moderno y me gusta, asemejándose a la RD 350 que si lo pedís con fervor, también podremos probar. La segunda es ese precioso escape Arrow. ¿Suena más que el original? Sí. Pero no os preocupéis, en la ITV ya cambiaron los decibelios correspondientes, de lo contrario seguramente no pasaría «fonos».

Cuando aceleras un dos tiempos, mínimo como este, notas como se te mueven hasta los empastes. Las estriberas parecen campanillas y las arandelas que no estén perfectamente fijadas, parecen sonajeros en manos de algún niño pasado de vueltas.

Frenesí para algunos, inaceptable para otros. El mundo tiende a silenciarse. Grupos de mocosos sentados chateando con el móvil, aburridos trastos eléctricos,… Las ciudades hace tiempo que dejaron de gritar con rabia, con rebeldía. Incluso te diré que si no tienes el suficiente carácter, quizá sientas que al subir las revoluciones de esta TZR, seas terrorista climático. Te dolerá pensar que estás interrumpiendo a la placida y aburrida vecindad en sus casas. Sin embargo, si eres el elegido para una moto como esta,  también puedes creer que eres el salvador del mundo, que a tu paso subiendo entre 5000 y 10000 vueltas, estás regalando una ópera sublime a los transeúntes, ofreces el regalo de escuchar una maravilla mecánica diseñada con una única pretensión: disfrutar. Ayudarás a quitar los ojos de móviles, tabletas y programas de tribuna electoral. Incluso con un poco de suerte, salvarás a un ser humano de que use un ridículo patinete eléctrico. Ya has hecho más que el Papa amigo. Si tienes carácter, pensarás que esta pequeña Yamaha TZR debería ser beatificada.

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La TZR 80 es asombrosamente cómoda a la hora de pilotarla, tienes que ser muy enano para no llegar con las dos plantas de los pies al suelo. Con los pies en las estriberas, la posición es bastante natural. ¿Has llevado alguna vez una dos tiempos? Si no estás acostumbrado al dos tiempos, te sorprenderá lo poco que te da abajo. No tienes apenas potencia a bajo régimen. En los semáforos, te costará salir con dignidad a no ser que hagas una salida de gran premio, incluso algún insulso scooter de 125, te mirará desafiante, creerá que puede contigo al principio, hasta que escuche cómo grita a altas revoluciones y lo rápido que cambias de marchas. Marchas, que están bastante bien escalonadas sobre todo para un uso en carreteras con curvas. En ciudad, son demasiado cortas y como continuamente estarás parando por los semáforos, no irás nunca a punta de gas. Estrujarás continuamente el mango. ¿El consumo? Ni idea. Esta Yamaha no es amiga de la mesura.

Los frenos son suficientemente capaces, teniendo en cuenta que es una moto del siglo pasado, delante disco, detrás tambor. La horquilla delantera, es un poco justa. Hay bicicletas en Alcampo con mejores horquillas, pero en cierta medida lo suple con el providencial chasis doble viga de acero Deltabox, diseñado (nunca me canso de repetirlo) por el genial Antonio Cobas.

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Esta es la versión sin carenar, había otra versión carenada incluso una réplica de Garriga. Personalmente me gusta más la tipo naked… Un momento, me llaman porque he pedido información de un 1430 que quiero comprar… Ya.

Como os decía prefiero la TZR 80 tipo naked. Esta moto podría usarse todos los días, aunque hay algunas cuestiones que no te serán cómodas.

Teniendo en cuenta que hoy cualquiera tiene un tatuaje y Harley ya no es lo que era, quizá la próxima serie de Netflix con moteros rebeldes sea con la TZR 80 como protagonista

Te tendrás que olvidar del arranque a botón, arrancarás a patada. No tiene nivel de combustible. Los aficionados al dos tiempos, sabemos que cuando hace ese sonido tan peculiar y fino antes incluso de que empiece a ratear, tenemos que coger y poner la reserva. ¿No has tenido nunca una moto con grifo de gasolina? Importante cerrarlo cuando está parada y la reserva la tendrás que poner tú manualmente. Como ya os he contado, otro contra que te encontrarás al usar esta moto a diario es que su pequeño motor dos tiempos es un prodigio en medio y alto régimen, pero en zonas bajas es incomodo. Parar, salir, parar y salir, no es la mejor prueba para esta Yamaha TZR 80. No tendrás bluetooth, pantallitas táctiles, y seguramente te tildarán de gamberro. En ocasiones he pensado, incluso, que soy demasiado mayor para esa moto, pero eso es pensar demasiado. Me encanta moverme por la ciudad con ella.

Es una de esas motos con la que vas vestido. No te juntarás con muchas en las plazas de parking de motos, es una moto que es para entendidos. Nadie que no ame el mundo del motor y particularmente el motociclismo tendría una.

A favor de usarla a diario, diría que es una moto tremendamente ágil y ligera. Hoy las motos cada vez son más pesadas. Es sencilla de mantener. Te dibuja una sonrisa cuando subes de vueltas y además tiene potencia suficiente para salir fuera de la ciudad.

La velocidad máxima de marcador a la que he logrado ir con esta TZR 80 es 110, marca 160, pero es que también había una versión de 125 con casi 30 CV. Esta y sus 15 CV (sin escape arrow), se queda algo corta en carretera y autopista, pero se disfruta y defiende en carreteras de montaña.

 

Decir que ya no se hacen motos así es un topicazo, pero en esta ocasión es verdad. Con tan solo 16 años podías conducir este cohete para adolescentes que, en este caso, ahora utiliza un chaval de treinta y pocos que ha decidido, después de fallecer la reina Isabel II, ofrecer en su memoria este homenaje. Mientras hacía las últimas fotos a ésta pequeña máquina, se acerca un coche de Policía Municipal. «Hola, es que me han llamado los vecinos. Sí, agente, estoy aquí haciendo una prueba para Diariomotor». El agente, coge el móvil y me dice que mire. Él tuvo una TZR 80, estuvimos hablando de motos y seguramente leerá esta prueba. Una buena noticia. Aunque sea una moto irreverente, no es ilegal y cuenta con el beneplácito de los poderes fácticos. ¿No iba Isabel II en Land Rover antiguos?

God Save de Queen!

 

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Óscar García

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