Es posible que a menudo cruce por nuestra mente la pregunta sobre qué es peor para la batería de un coche eléctrico: el calor abrasador o el frío extremo. Siempre se suele decir que los extremos son malos, y en este tema ocurre lo mismo, ambos tienen efectos negativos en la capacidad y la vida útil de una batería de coche eléctrico. A continuación, te pondremos en una situación hipotética que se podría tornar real, y es el funcionamiento de la batería de tu coche en ambos escenarios.
Dos contextos diferentes: Calor y frío extremos
Imagina por un momento un coche eléctrico en medio del desierto. Es verano, y la temperatura ronda los 50°C. Las condiciones extremas hacen que el aire exterior sea caluroso y seco, este contexto puede afectar negativamente a la vida útil de la batería. Por otro lado, también te puedes imaginar un coche eléctrico en el crudo invierno de Salamanca con temperaturas bajo cero y cómo le afecta la humedad y la baja temperatura a la vida útil y el rendimiento de la batería.
Si examinamos los efectos del calor y el frío extremos en la batería de un coche eléctrico y se compara cuál tiene el mayor impacto negativo sobre su capacidad y vida útil veremos cuál contexto puede ser peor para tu coche, y para ti si te toca una situación como esta. Siempre hemos leído o escuchado que las condiciones extremas de temperatura pueden disminuir la capacidad de la batería del coche, lo que resulta en una autonomía más corta de la misma.
Cuando la temperatura ambiente es demasiado caliente, la batería puede sufrir de sobrecalentamiento, lo que tiene un efecto negativo tanto en la capacidad como en la vida útil de la misma. Por otro lado, cuando la temperatura exterior es demasiado fría, la batería se puede congelar, lo que también puede afectar negativamente a la capacidad y la vida útil de la misma.
Las condiciones ideales para la vida útil de la batería de un coche eléctrico son temperaturas templadas y una humedad moderada. Cuando el contexto es ese la batería del coche se mantiene fresca y se reduce mucho el riesgo de sobrecalentamiento. Además, cuando se mantienen en un ambiente así se minimiza el riesgo de que se congele la batería y el riesgo de que se acorte su vida útil es nulo.
Ahora vayamos al otro extremo, las temperaturas gélidas afectan negativamente la vida útil de la batería de un coche eléctrico más que el calor extremo. A pesar de que el calor extremo tiene un efecto negativo en la capacidad de la batería, el frío extremo puede tener un impacto más significativo en la vida útil de la misma, ya que las baterías de los coches eléctricos no están diseñadas para soportar temperaturas demasiado frías ya que podrían incluso congelarse y dejar de funcionar, con lo cual siempre debemos tomar las precauciones necesarias si vamos a un lugar con ese nivel de temperatura.