Este miércoles, Reuters publicaba una información exclusiva por la cual Geely estaría en conversaciones para adquirir el negocio de combustión interna de Renault.
Sin que Renault aún se haya pronunciado al respecto, Le Monde publicaba este jueves que, además de Geely, la petrolera Saudi Aramco también se encontraría en negociaciones para entrar en la operación.
Renault podría estar preparando la separación del negocio en dos divisiones, una dedicada al vehículo eléctrico y otra al motor de combustión interna. Y sería esta última la que estaría captando el interés de compañías que, como Geely, o Saudi Aramco, habrían iniciado los primeros movimientos.
Renault del vehículo eléctrico y Renault de la combustión interna
Aunque las noticias al respecto de la división de Renault, en dos negocios bien diferenciados, se estén precipitando estos días, las intenciones de Renault han venido haciéndose públicas a lo largo de este año. Según había declarado el propio Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, el vehículo eléctrico y el vehículo con motor de combustión interna juegan «dos deportes diferentes» (Automotive News).
De Meo, apuntaba: «vemos el coche eléctrico como un negocio en crecimiento y el motor de combustión interna como una fuente estable de ingresos».
Renault está muy lejos de ser el único gran fabricante de coches que. Con un plan de electrificación realmente ambicioso, especialmente en Europa, en ciernes, Ford también dividirá su negocio en una estructura con dos divisiones independientes, Model e, dedicada a vehículo eléctrico; y Blue, a la combustión interna.
Mientras algunos fabricantes como Stellantis y Daimler han optado por transformar su negocio, progresivamente, de la combustión interna al eléctrico, marcas como Renault han apostado por dividir sus negocios de eléctricos y combustión interna por multitud de razones:
- Luca de Meo apuntaba a una de las claves, la del negocio rentable y estable que representa la combustión interna, y la del negocio en pleno crecimiento – y con grandes expectativas de futuro – del vehículo eléctrico
- Jim Farley, CEO de Ford, añadía que «los clientes son diferentes, el modelo de distribución es diferente y los productos que se desarrollan son diferentes» (Automotive News)
- Farley añadía también que la cadena de valor del coche eléctrico es completamente diferente de la de la combustión interna, partiendo de sus proveedores, y de retos cada vez más acuciantes – como nos muestran los acontecimientos más recientes – que conceden una importancia capital al software, los semiconductores y los sistemas de almacenamiento de energía, baterías, sobre todo, pero también sistemas de pila de combustible
- De Meo apuntaba también que estos movimientos no consisten en dividir, o trocear, una compañía, sino en «aislar dos negocios que son completamente diferentes»
¿La culpa de todo la tiene Tesla?
Estamos convencidos de que muchos de los análisis y debates sobre los acontecimientos que rodean a Renault acabarán inexorablemente mencionando a Tesla. Y eso tiene mucho sentido. Los fabricantes de automóviles con más historia observan, con envidia, la elevada capitalización de Tesla y, sobre todo, la relación entre la capitalización y el EBITDA que presentan, ya no solo Tesla, sino toda una oleada de empresas de vehículos eléctricos recién llegadas y en proceso de construcción. El vehículo eléctrico es el futuro y atrae al inversor. Mientras tanto los fabricantes tradicionales, incluso aquellos que presentan planes de electrificación más ambiciosos y prometedores, como Renault o Ford, no están exentas del recelo del inversor, por la incertidumbre que rodea al automóvil, en general, y sobre todo a la combustión interna.
Pero si observamos a los acontecimientos de los últimos años comprobaremos que el sector del automóvil no es el único que está propiciando que empresas de gran capitalización, como Renault o Ford, apuesten por «trocear» su negocio en estructuras más pequeñas. En los últimos años se han dado casos significativos, por ejemplo en la industria farmacéutica, con grandes compañías que están apostando por divisiones más pequeñas para acaparar el máximo valor en el negocio puramente farmacéutico y separar su división de productos de alto valor, del fármaco genérico.
¿Y cuál es el plan de Renault?
Insistimos en que, desde Renault, no se ha confirmado aún que estén en conversaciones con otras compañías para llevar a cabo una operación que, si bien es cierto, encaja con los planes que había anticipado este año el propio Luca de Meo. Según las informaciones de Reuters y Le Monde, Renault formaría dos estructuras, una para el vehículo eléctrico, de la que mantendría una participación mayoritaria, otra para la combustión interna. Esta última quedaría repartida entre Renault (40%), Geely (40%) y Saudi Aramco (20%).
Nissan no entraría en esta división de las operaciones. Y siempre es importante recordar que Renault está participada en un 12% por el estado francés que, según Le Monde, estaría al tanto de las conversaciones. Queda por determinar las implicaciones que esta operación podría tener, entre otras, para las fábricas españolas de motores y transmisiones, que quedarían incorporadas en el negocio de combustión interna y que según los planes de Renault se preparaba para una reconversión en centros de reacondicionado de vehículos.
Las informaciones apuntan también a que la entrada de Geely y Saudi Aramco propiciaría sinergias, no solo en el ámbito de la combustión interna, sino también en el ámbito del coche eléctrico a baterías, con los primeros, y con el hidrógeno, con los segundos.