La escasez de AdBlue es uno de los (muchos) frentes que tiene abiertos la industria del motor: algunas fábricas de fertilizantes donde se produce este aditivo han parado su producción debido al encarecimiento del gas. En algunos puntos de Europa se ha optado por su racionamiento afectando, principalmente, a camiones y autobuses. ¿Qué pasaría si un coche diésel se quedase sin AdBlue en medio de un trayecto de largo recorrido?
Antes de analizar las consecuencias es preciso refrescar nuestros conocimientos. El AdBlue es una solución de urea que usan los motores diésel equipados con la tecnología SCR, que se encarga de reducir las emisiones nocivas de óxidos de nitrógeno (NOx). Desempeña, por lo tanto, un papel fundamental para que estos coches puedan cumplir con la normativa Euro 6 y posteriores.
Los vehículos impulsados por un motor diésel con AdBlue cuentan con un sistema de avisos para que el depósito de esta solución no se quede completamente vacío. La primera alerta salta cuando tiene 2.000 kilómetros de autonomía y la segunda cuando baja a 1.000: en ese momento la notificación se quedará fija para que rellenes el tanque de forma inmediata.
Los riesgos de circular sin AdBlue
¿Cuánto suele durar un depósito de AdBlue? El consumo depende del tipo de coche y de la mecánica, pero hay cifras medias que nos sirven de ayuda: entre 1 y 2 litros cada 1.000 kilómetros. El depósito puede tener una capacidad de entre 10 y 30 litros así que la duración oscila entre los 5.000 y los 15.000 kilómetros.
Circular sin AdBlue no sólo afecta al nivel de emisiones de tu coche diésel, también tiene otras consecuencias. Un depósito vacío puede hacer que el vehículo no supere ni las pruebas de homologación ni la Inspección Técnica y, además, los agentes de Tráfico pueden llegar a ponerte una multa si comprueban que el depósito de esta solución está vacío.
¿Y si te quedas sin AdBlue?
Si has ignorado todos los avisos, no llevas una garrafa de este líquido en el maletero (algo muy recomendable, por cierto) y te quedas sin AdBlue, son dos los escenarios a los que te pueden enfrentar. Puedes respirar hondo: en ninguno de ellos vas a sufrir una avería grave aunque sí puedes terminar en el taller.
El coche no arranca
Si el coche está parado y detecta que el depósito de AdBlue está vacío, no se pondrá en marcha. ¿Qué tienes que hacer en esta situación? Llamar al seguro para que envíe una grúa y llevarlo al taller: allí resetearán la unidad de control y, después, repondrán el citado líquido.
En medio de un trayecto
Si estás circulando y el vehículo se queda sin AdBlue, por seguridad, no se parará aunque sí modificará su comportamiento: limitará el rendimiento del motor variando los parámetros de combustión y perderá potencia o prestaciones porque su capacidad de aceleración se puede ver limitada y, además, el motor podría no superar un cierto régimen de giro. A esto añade, efectivamente, un incremento en las emisiones.
Sigue circulando hasta una estación de servicio en la que tengan disponibles surtidores de AdBlue (hoy en día casi todas cuentan con alguno) y, sobre todo, no te detengas. Si lo haces te encontrarás en la situación anterior: el coche no arrancará y no podrás seguir con tu viaje.