La historia de Saab arrancó en 1939 y, al menos su sección automovilística, terminó un 8 de septiembre de 2011 cuando se acogió a la ley sueca de protección por quiebra, declarándose oficialmente en quiebra en diciembre de ese mismo año. Sin embargo, hoy puedes «reestrenar» un Saab construido en 2014 que ahora está siendo subastado. Se trata de un movimiento extraño, ¿verdad? Te explicamos todos los detalles de este curioso movimiento que puede terminar con un Saab 9-3 en el garaje de algún conductor caprichoso.
El Saab 9-3 fue (y sigue siendo) uno de los modelos más conocidos de la firma sueca. La segunda generación fue desarrollada ya bajo la batuta de GM, que a principios del siglo XXI contaba ya con el total del accionariado de la firma sueca. Así pues, el Saab 9-3 compartía gran proporción de componentes con otros modelos que antaño formaban parte de General Motors como, por ejemplo, el también extinto Opel Vectra.
Lanzado en 2003, la marca lo estuvo construyendo hasta su quiebra en 2011, siendo además el único modelo que «reanudó» su producción tras la adquisición de Saab por parte de NEVS, el consorcio chino que pretendía relanzar la marca enfocándose en el mercado asiático. Decimos «reanudar» entre comillas porque lo cierto es apenas se ensamblaron poco más de 450 unidades «post-GM» entre unidades preserie y unidades de producción en serie, de manera que contar en tu garaje con un Saab «post 2013» resulta de un exotismo salvaje, aunque perfectamente posible en la actualidad gracias a una casa de subastas sueca, donde es posible encontrar un Saab 9-3 de 2014 que, además, apenas alcanza los 3.000 km en su odómetro.
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Turbo 4: tras ese rimbombante terminación se esconde un motor 2 litros de gasolina con 220 CV que anima a una de las 204 unidades que se produjeron con cambio automático y pintadas en color negro. Fabricado en abril de 2014, no se matriculó hasta un año más tarde, en primavera de 2015, cuando un servicio oficial de Saab se hizo con él. Su único propietario lo adquirió a las pocas semanas, y desde entonces ha vivido una vida muy tranquila y apacible, pasando sus revisiones periódicamente y manteniéndose en un estado francamente bueno a tenor de las imágenes que ilustran el post de la subasta.
Estos Saab producidos tras la salida de GM son muy especiales, ya que aunque en apariencia parecen idénticos a los que se produjeron con anterioridad, lo cierto es que están plagados de detalles curiosos como la desaparición del «Gripen», la criatura mitológica con forma de dragón que aparecía en el logo de la marca. Los asientos delanteros también son diferentes, provenientes de la primera generación del Volvo XC90. Además, se llevaron a cabo modificaciones tanto en el sistema de frenos como en el sistema de inyección para eliminar las piezas propietarias de General Motors.
Equipado con llantas de 18 pulgadas, faros de xenón, ajuste eléctrico para los asientos delanteros, control de crucero o sensores de aparcamiento, puede que sea una de las últimas oportunidades de estrenar un Saab bien entrado el siglo XXI. Eso sí, la subasta avanza ya por los 22.000€, por lo que parece que sigue habiendo un buen puñado de acérrimos seguidores de la firma que quieren que la historia de la marca siga estando donde legítimamente debe estar: en la carretera.