Para muchos, entre los que me incluyo, Waze – y similares como Google Maps – se ha convertido en una herramienta esencial para viajar en coche, conocer la congestión del tráfico y por ende la ruta más rápida, evitar peligros como tramos de obras y vehículos detenidos en la vía y, por qué no decirlo, conocer la posición de los radares. En alguna ocasión, incluso, os hemos contado cómo puede ser una herramienta efectiva para identificar radares móviles.
¿Pero qué sucede si la aplicación comienza a llenarse de avisos de controles y radares fantasmas? ¿Y si son los propios agentes de Tráfico los que se encargan de enviar avisos de controles que, en realidad, no existen, y jamás se han desplegado?
He aquí el problema que ha surgido en aplicaciones como Waze, ¿será un quebradero para estas aplicaciones y sus usuarios?
We definitely don’t drop Police markers on Waze at random points on our patrol, nope – never 😉
An easy way to get drivers to slow down on our roads – thanks @waze. pic.twitter.com/rrv9I9LJJ6
— Roads Policing – Surrey Police – UK (@SurreyRoadCops) August 29, 2022
Los radares fantasma de la policía de Surrey
Un irónico tuit de la policía de Surrey, en Reino Unido, advertía de la posibilidad de que sus agentes estuvieran enviando avisos de controles y radares que no existían. Los agentes de Tráfico de Surrey aseguraban que es «una forma sencilla de conminar a los conductores a reducir la velocidad en las carreteras». No nos quepa la menor duda. El hecho de recibir un aviso en una aplicación de navegación como Waze advirtiendo de la presencia de un control es más que suficiente para hacer que los conductores reduzcan la velocidad y se aseguren de respetar los límites de velocidad.
Algunas de las respuestas a esta publicación en las redes sociales apuntaban al hecho de que muchos conductores ya hubieran sospechado de que se estaba dando esta situación, por observar continuos avisos de controles y no apreciar ninguna patrulla, ni control, en los alrededores.
Ante las críticas, la policía de Surrey defendía su acción asegurando que, efectivamente, y según el propio funcionamiento de la aplicación, no estaban proporcionando información falsa. De hecho, cada aviso enviado a la aplicación por los agentes revelaba su posición exacta en ese momento. La diferencia con los avisos que habitualmente envían los usuarios reside en que los avisos de los agentes se realizan en patrullas que están en continuo movimiento y no en un control estático. De manera que los usuarios de estas aplicaciones reciben multitud de avisos de controles, de radares fantasma que, en realidad, no existen.
¿Cómo funciona Waze?
Waze dispone de sus propios mecanismos para evitar este tipo de situaciones o, mejor dicho, para corregir la posición de un control, o una situación de peligro, y eliminarlo cuando ha desaparecido. Pero la realidad es que, en el caso de los controles, y los radares, el conductor no siempre tendrá la capacidad de asegurar si un radar es real, o fantasma, ni si este sigue activo. Sobre todo desde que han comenzado a incorporarse sistemas de vigilancia que son difíciles de identificar por el conductor y que trabajan con relativa discreción, como una nueva generación de radares ultra-compactos que se colocan adheridos al guardarraíl, o incluso drones, que sobrevuelan las carreteras mientras una patrulla en tierra se encuentra escondida en un lugar más discreto.
En el pasado ya os contamos también cómo estaban apareciendo radares móviles en Waze, e incluso avisos de helicópteros Pegasus en movimiento. Toda una serie de controles separados y repartidos por un tramo, o por diferentes zonas, no necesariamente han de significar que una patrulla esté enviando notificaciones falsas, de radares fantasma. A menudo pueden ser un indicio muy claro de que Pegasus está trabajando en la zona o de que está siendo vigilada por patrullas con vehículos, e incluso furgonetas camufladas de la DGT.
Con lo cual, el mejor consejo que debemos seguir ante una situación de este tipo, y el fin que persiguen precisamente los agentes de Surrey, es reducir la velocidad y cumplir con los límites en ese tramo, para evitar una sanción si resultase que, efectivamente, existe un radar en la zona controlando la velocidad de los conductores.