La Dirección General de Tráfico dispone de todo un arsenal de sistemas de vigilancia para controlar infracciones, como los excesos de velocidad, que podrían clasificarse en tres categorías bien definidas: radares móviles, radares fijos y los radares de los helicópteros Pegasus. Los radares fijos, a su vez, pueden diferenciarse en dos categorías, el radar fijo convencional, que capta la velocidad de paso en un instante concreto, y los radares de tramo, que captan el instante de paso en dos puntos y calculan la velocidad media en ese tramo. Ahora bien, ¿cómo captan los excesos de velocidad los radares móviles? ¿por qué no son una novedad?
Así multan los excesos de velocidad los radares móviles
La DGT dispone también de un amplio abanico de dispositivos, y metodologías, referentes a los radares móviles. Existen dispositivos que pueden utilizarse adosados a un guardarraíl o una señal, o en un trípode, y otros integrados en un vehículo. Ese vehículo puede ser un coche de patrulla de la Guardia Civil de Tráfico, o las policías autonómicas o locales, y normalmente se trata de coches camuflados, sin la decoración habitual.
Los coches camuflados que emplean un radar se posicionan, a menudo, en un punto estático, detenidos en el arcén, para mantener la seguridad de los agentes y del resto de conductores y facilitar la identificación del vehículo que exceda los límites de velocidad máxima, instalando un dispositivo de control en el siguiente tramo.
Los radares móviles en movimiento de la DGT
Ahora bien, otra práctica habitual de los radares móviles de la DGT, y el control de los excesos de velocidad, pasa por emplear sistemas de radar en vehículos camuflados en movimiento. El vehículo camuflado que incorpora el radar circula, con normalidad, por la carretera por la que nos desplazamos, generalmente entramos de autovía y autopista. De esta forma, en el momento que otro vehículo adelanta al coche camuflado, superando los límites de velocidad de la vía, el radar identifica el exceso de velocidad, y realiza una fotografía para obtener una prueba documental, y emitir la correspondiente sanción.
Este es precisamente el caso que se ejemplificaba en un vídeo publicado estos días en las redes sociales en el que, supuestamente, se mostraría el funcionamiento de un radar camuflado en movimiento, apreciándose por los destellos del flash que emite el dispositivo que toma la fotografía para emitir la correspondiente sanción por exceso de velocidad.
Es importante destacar que, por razones obvias, en este caso concreto no siempre se intercepta al conductor que ha excedido los límites de velocidad. Los coches camuflados de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, por ejemplo, disponen de sistemas de iluminación de emergencia y mensajes luminosos con los que pueden seguir al conductor sancionado y pedirle que se detenga para proceder a su identificación. Pero la identificación del conductor sancionado no siempre se produce, ni es necesaria, para que se tramite la correspondiente multa por exceso de velocidad.
Nuestras guías sobre los radares de la DGT
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