Los radares son uno de los temas del mundo del motor que más mitos han generado. Hace unos días, la DGT terminaba con uno de ellos desvelando la velocidad real a la que saltan y, ahora, la ciudad de Barcelona ha desmontado otro respondiendo a una pregunta que muchos conductores se hacen: ¿pueden multar por la noche?
Existe la extendida creencia que afirma que los cinemómetros no multan por la noche. Nada más lejos de la realidad: pueden actuar a cualquier hora del día. Es cierto que, cuando se oculta el sol, Pegasus no está activo y hay menos dispositivos móviles… pero esto no quiere decir que los radares se apagan por la noche o no son capaces de funcionar.
La teoría sobre los radares nocturnos
Para que una multa por exceso de velocidad sea válida, tiene que figurar una fotografía del vehículo infractor y es aquí donde entra en juego la tecnología. Los cinemómetros están, cada vez, mejor equipados y, por lo tanto, son más eficaces: dependiendo del tipo de radar. Estará equipado con un flash, con infrarrojos e, incluso, con el ‘Modo noche’ igual que algunos teléfonos móviles.
Lo normal es que los más antiguos estén equipados con el primero y los más modernos con los segundos. En muchos casos, ese haz de luz es tan fugaz que el ojo humano ni lo percibe: así se aseguran de no interferir en la conducción de los usuarios de la vía… y por eso algunos creen que por la noche permanecen inactivos.
Todos estos avances han conseguido que estos dispositivos necesiten muy poca intensidad por parte del flash o ninguna: con ese mínimo es suficiente para interceptar la matrícula del vehículo infractor… y, además, hay que tener en cuenta que las placas de un coche son reflectantes. Su eficacia es más que suficiente para que la fotografía tenga la definición necesaria para interponer la denuncia.
La práctica: los radares de Barcelona
Y por si alguien duda de la teoría, la práctica llega para confirmar que el mito que asegura que los radares no multan por la noche es falso. El pasado mes de enero comenzaron a multar los 17 nuevos radares de punto que han sido instalados en las calles de Barcelona: cinco de ellos están situados en zonas con alta siniestralidad y los doce restantes en entornos escolares. Los conductores de la Ciudad Condal ya han comprobado que están activos las 24 horas del día.
Tanto es así que, según informa El Periódico, varios grupos políticos han pedido al consistorio local que los desactiven fuera del horario lectivo (sobre todo por la noche), los fines de semana y en meses en los que no hay clase, como sucede en agosto. Alegan que su permanente operatividad persigue un “afán recaudatorio”, que la presencia de las señales ya tiene efecto disuasorio y que el tráfico se ha incrementado en estos puntos porque la circulación es distinta en esos tres momentos.
El Ayuntamiento de Barcelona ha rechazado la propuesta porque consideran que apagar los radares fuera del horario escolar es contraproducente. Y han dado cifras para justificar su postura: 9 de las 23 personas que perdieron la vida en los accidentes de tráfico que tuvieron lugar en las calles barcelonesas, fallecieron por la noche. Han añadido, además, que los siniestros más graves suceden en este período: tanto si hay clase como si no.
Han recordado que la velocidad máxima en estas zonas siguen siendo la misma (30 km/h) que antes de la llegada de los radares: su instalación estuvo impulsada por la falta de cumplimiento de los límites. Y, por último, han añadido que la efectividad ya es evidente porque, según sus datos, el número de conductores que circulan sin respetar la norma se ha reducido en un 40%.
