La operación verano es una realidad que ha provocado que la DGT saque a relucir todas sus armas para mantener la paz y evitar la discordia en las carreteras españolas. Radares, drones, test de drogas y alcoholemia…un sinfín de medidas que se llevan aplicando desde hace unos meses con mayor intensidad. Pero no, el siguiente objetivo, aunque no sea de la DGT, sino de los propios ayuntamientos, no es controlar ni la velocidad a la que circulas ni las emisiones que emite tu coche, sino los decibelios que este genera. Así es, los radares de ruido son una realidad y podrían llegar a España en otoño para multarte en caso de que excedas ciertos límites sonoros una vez que se apruebe. Quédate, que te contamos cómo funciona.
Puede que no te suenen demasiado, pero lo cierto es que países como Francia o Suiza llevan realizando pruebas con estos dispositivos capaces de medir el ruido desde hace tiempo. Después de comprobar su viabilidad y de que comunidades de España como Cataluña pongan especial interés en asignar un radar de ruido a carreteras como la C-31, podrían aparecer en todo el panorama nacional en otoño.
Radar de ruido: el nuevo sistema que podría llegar en otoño
Parece casi de ciencia ficción que se haya desarrollado un sistema no solo capaz de medir el ruido que emiten los vehículos, sino también de identificar desde qué zona se proyecta este. Y es que su avanzado funcionamiento permitirá aplicar sanciones sobre aquellos que osen irrumpir la paz con escapes que elevan el sonido del motor por encima de los decibelios permitidos.
Para cumplir con su objetivo, los radares de ruido han sido dotados con una cámara de 360º y cuatro micrófonos capaces de medir los niveles de ruido cada décima de segundo. De esta manera, el sistema controlará por medio de la cámara los vehículos que circulen por la zona y, en caso de que este detecte una alteración sonora, fotografiará la matrícula del infractor para aplicar la correspondiente multa.
Así, el radar de ruido velará por el bienestar de los ciudadanos sancionando a aquellos que no solo circulen con escapes modificados, sino también a los que revolucionen en exceso el motor, dando pie a una segunda interpretación con la que se podría considerar también un exceso de velocidad.
Una situación que preocupa a la OMS
Por norma general, se suele poner en el foco en esos conductores irresponsables que superan los límites de velocidad, conducen bajo los efectos de estupefacientes o alcohol o usan el móvil mientras van al volante entre otras irresponsabilidades. Sin embargo, los excesos de decibelios también pueden resultar perjudiciales.
Así lo recoge la OMS, quien advierte que estas alteraciones sonoras ya afectan a 113 millones de personas simplemente en Europa, por lo que los datos a nivel mundial pueden verse incrementados significativamente. Aunque aparentemente el exceso de ruido no provoca más que en un enfado in situ, lo cierto es que puede tener consecuencias fatales.
Según los expertos de la salud, exponerse a alteraciones sonoras durante un largo periodo regular podría derivar en ansiedad, pérdida auditiva, estrés, depresión, acúfenos e incluso daños en el sistema nervioso. Con estas enfermedades sobre la mesa, tan solo es cuestión de tiempo que se tomen cartas en el asunto, o lo que es lo mismo, la muy posible presencia de radares de ruido en España a partir de otoño.