No sólo los radares vigilan a los conductores, también las cámaras: las hay que controlan el uso del cinturón, el uso indebido del móvil al volante y también pueden saber si tienes la itv en vigor o si el seguro de tu coche está al día. A ellas se suman las cámaras de ruido que, en realidad, son radares con los que las autoridades buscan reducir la contaminación acústica en las grandes ciudades. En Reino Unido están sancionando con multas de 100 libras (110 euros, según el cambio actual): ¿entran en los planes de la DGT?
Así lo ha desvelado DrivingExperience, que explica cómo funcionan estas cámaras acústicas: entran en acción cuando el ruido del escape de un vehículo supera el límite y las activa. Desde junio de 2021 hasta febrero de 2022, casi 10.000 conductores que circulaban por los distritos londinenses de Kensington y Chelsea superando el umbral legal han recibido el correspondiente castigo de cien libras.
Los límites de Reino Unido
Explican que estas cámaras acústicas o radares de ruido están presentes en muchas ciudades de Reino Unido. Los modelos más nuevos son especialmente vulnerables a ellas porque, según la ley vigente en el citado país, cualquier vehículo fabricado a partir de 2016 no puede superar los 72 dB. Los vehículos más antiguos (de 2007 y 2016) tienen un límite más permisivo: 76 dB. Para poner estas cifras en perspectiva, según un estudio de la Universidad de Yale, una conversación normal tiene una calificación de entre 60 y 70 dB.
El mismo informe revela que la mayoría de los modelos multados eran BMW seguidos por coches de Lamborghini, Mercedes, Ferrari, Audi y Land Rover.
Reino Unido tomó cartas en el asunto porque la exposición diaria al ruido del tráfico rodado puede causar daños auditivos y niveles elevados de estrés. No en vano, la contaminación acústica en una ciudad puede llegar a los 85 dB. Recalcan, eso sí, que no saben cuántos falsos positivos detectaron las cámaras acústicas y cuántas sanciones proceden de fuentes distintas al escape del coche como, por ejemplo, el equipo de sonido.
Los planes de la DGT
A corto y medio plazo, la Dirección General de Tráfico no tiene intención de instalar radares de ruido o cámaras acústicas en las carreteras españolas.
Lo que sí están haciendo algunas comunidades autónomas es utilizar los cinemómetros que ya están instalados en sus carreteras para reducir el ruido procedente del tráfico rodado. ¿Cómo? Complementando la presencia de radares fijos con varios de tramo: al restringir la velocidad y obligar a los vehículos a circular respetando determinados límites, sí minimizan la contaminación acústica.
Las multas por exceso de ruido
Aunque no haya radares sonoros, el exceso de ruido sí está regulado a través de las distintas ordenanzas municipales de los ayuntamientos: son ellos los que establecen los límites que los vehículos no pueden superar.
Generalmente, aplican un margen de 4 dB sobre el ruido que aparece en la ficha técnica del vehículo para establecer los tipos de infracciones.
- Leves (90 euros): si un vehículo supera en hasta 4 dB los límites permitidos o si se perturba la convivencia. Si usamos el claxon de forma indebida, el castigo será ligeramente menos: 80 euros.
- Graves (91-300 euros): cuando el vehículo sobrepasa en hasta 7 dB el umbral permitido.
- Muy graves (301-600 euros): si el ruido del vehículo rebasa en más de 7 dB el máximo establecido.
Como explicábamos antes, las sanciones dependen de las autoridades locales así que conviene consultar las normas establecidas en cada caso. No en vano, podemos encontrarnos casos en los que la cuantía a pagar asciende hasta los 3.000 euros.