Land Rover nos tiene acostumbrados a desafíos extremos con los que probar de forma atractiva las cualidades de sus modelos. Me viene a la cabeza el arrastre de un tren con un Land Rover Discovery Sport o el descenso por una pista de esquí alpino con un Range Rover Sport. El último desafío tiene como protagonista al Range Rover Sport P400e, la versión híbrida enchufable del todocamino deportivo de la marca. ¿Será capaz de ascender las pendientes de 45 grados de inclinación, y superar los 999 escalones de la «Puerta al Cielo» de China? Señores, pasen y vean.
Una prueba extrema para el Range Rover Sport P400e
El desafío para nada es sencillo, aunque su primera parte realmente sí lo es. Todo comienza en la base de la montaña de Tianmen, donde comienza una ruta de 11,3 kilómetros y 99 curvas, que el Range Rover Sport ha acometido de forma rápida – la carretera estaba cortada, tranquilos. Esta carretera está asfaltada y aunque es relativamente estrecha, es de doble carril y es recorrida a diario por cientos de minibus, que transportan a miles de turistas timoratos a la base de uno de los monumentos naturales más impactantes de China. En esta carretera, el SUV da rienda suelta a sus 404 CV de potencia combinada.
La parte complicada es la que empieza en la base de las escaleras. Es posible subir a la «Puerta del Cielo» en un teleférico – el más largo del mundo – pero la forma «correcta» es más bien subir andando sus 999 escalones. Es duro si vamos caminando, pero a bordo de un coche parece mucho más complicado. La pendiente es de 45 grados en su punto más extremo, es decir, del 100% – ascendemos un metro por cada metro que avanzamos. A todo esto, el Range Rover Sport carece de caja de cambios con reductora y la unidad usada para el reto sólo montaba unos neumáticos off-road opcionales.
Además el clima lluvioso de la zona provoca que los escalones estén húmedos, disminuyendo el agarre de los neumáticos. El resultado de la prueba fue exitoso, pero no carente de mucha emoción y riesgo, especialmente para Ho-Pi Tung – piloto de Panasonic Jaguar Racing Fórmula E y conductor del Range Rover Sport. La clave era sostener una velocidad lo más alta posible durante el ascenso, y nunca aflojar el acelerador. Pararse en pleno ascenso podría implicar no volver a avanzar. Antes de que lo preguntéis, sí, el coche estaba sujeto por unos cables de acero por seguridad.
No han ayudado al ascenso del coche, pero habrían evitado que el coche cayese rodando montaña abajo si algo hubiera salido mal. Merece la pena ver el vídeo que la marca ha preparado, y que dejamos sobre estas líneas. No deja de ser una maniobra de márketing, pero es una maniobra fresca, y de visionado apasionante. Ah, y recordad que en vídeo y en fotografías la práctica off-road parece mucho menos extrema de lo que realmente es.
