Hay ciertas tecnologías que apenas han cambiado desde que se inventó el automóvil hace más de un siglo. Los volantes siguen siendo más o menos redondos, el coche se controla mediante pedales y cuando llueve, unas tiras de goma montadas en unos soportes metálicos, barren el agua del parabrisas. Los limpiaparabrisas son una de las tecnologías que menos ha evolucionado en el último siglo. Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? Sin embargo, Tesla ha patentado una idea que podría revolucionar el futuro de los limpiaparabrisas: reemplazarlos por rayos láser.
La idea, de entrada, parece digna de una película de James Bond – o Austin Powers, incluso – pero la patente de Tesla va muy en serio. Fue presentada inicialmente a la United States Patent and Trademark Office (USPTO) el 10 de mayo de 2019, y fue aprobada el pasado 7 de septiembre, hace apenas dos días. Por fin podemos ver el funcionamiento del sistema de forma esquemática, al igual que la explicación técnica teórica. Si queréis leer la descripción del funcionamiento del sistema, en inglés, os dejo el enlace a la web pública de la patente en la USPTO.
La idea de Tesla consiste en prescindir de limpiaparabrisas de goma y sus brazos asociados, reemplazándolos por rayos láser, emitidos desde un soporte en el capó. Estos rayos láser irían dirigidos a la suciedad o elementos externos situados sobre el parabrisas, tales como gotas de agua. Los propios pulsos del láser se limitan en potencia para que no superen el grosor del parabrisas, y en tiempo real, variarían su potencia para despejar/deshacer el elemento externo en cuestión. Aunque suena plausible y relativamente factible, esto plantea dudas prácticas.
La primera, es que no parece demasiado halagüeño contar con un láser de potencia suficiente para destruir el excremento de un pájaro apuntado a la misma zona donde se sitúan nuestras cabezas y ojos. Aún invisible, la radiación láser puede provocar daños en la visión en exposiciones directas. Otra duda práctica es la propia efectividad del sistema frente al sencillo barrido de una tira de goma, conectada a un brazo mecánico de accionamiento eléctrico. No es un sistema perfecto, pero es un sistema barato, fiable y realmente efectivo.
La lógica tras este sistema de láser es que elimina partes móviles y permite cubrir la superficie entera del parabrisas – los actuales «limpias» siempre dejan zonas sin barrer. Además, permitiría más libertades a la hora de instalar las cámaras o sensores de los coches del futuro, en los que confiarán para la eventual conducción autónoma. Con todo, es un sistema sin un respaldo físico: un fallo o mala calibración en el sistema láser daría al traste con la habilidad del vehículo para conducir bajo la lluvia o limpiar su parabrisas.
El tiempo lo dirá, pero en todo caso, se agradece que ciertos elementos del coche, que damos por hechos, traten de ser repensados o mejorados. Toda innovación es bienvenida, siempre que mejore o facilite lo existente, algo que no podemos decir, por ejemplo, del volante tipo «avioneta» de los nuevos Tesla Model S y Tesla Model X.
Fotos del Tesla Model S Plaid
Fuente: Motor Trend