No, no y rotundamente no. Así responden en Ferrari a la posibilidad de turboalimentar al buque insignia de entre sus propulsores, el V12 que acaba de estrenar su última evolución con motivo del lanzamiento del Ferrari 12Cilindri. Si bien esta decisión se podría entender como un gesto de cabezonería e incluso exceso de ego, lo cierto es que en Ferrari se niegan a turboailmentar a su motor V12 por razones mucho más interesantes de lo que te podrías pensar. Veamos cuáles son.
Ferrari quiere ser el último fabricante de motores V12 atmosféricos
En el mercado actual, incluso en el más prestacional, la electrificación y el downsizing están avanzando de forma imparable. Sin embargo existen ciertas excepciones para según qué fabricantes y modelos, pues marcas como Ferrari se niegan alterar la receta de su motor V12 atmosférico, y mucho menos para sobrealimentarlo como por ejemplo sí que ha hecho Aston Martin.
La negativa de Ferrari debemos entenderla desde el punto de vista de la exclusividad, pues el 6.5 V12 atmosférico de la marca se ha convertido ya en un símbolo de estatus, de sensaciones y de diferenciación, de ahí su compromiso por mantenerlo sin alterar en modelos como el Purosangue o el nuevo 12Cilindri.
Según explica Ferrari y teniendo en cuenta sus cifras de ventas anuales, en Maranello ha conseguido optimizar el V12 atmosférico lo suficiente como para superar las normativas de emisiones europeas sin necesidad de electrificarlo o sobrealimentarlo, asegurando además su producción por bastantes más años.
Teniendo en el resto de la gama motores V6 y V8 turboalimentados, además de electrificados, capaces de ofrecer similares – o incluso mejores – cifras de rendimiento, podría parecer que el seguir fabricando un V12 atmosférico no tiene demasiado sentido, pero una vez más Ferrari nos recuerda que hay que mirar más allá de las cifras y valorar la experiencia de conducción que sólo es capaz de ofrecer un propulsor de doce cilindros y aspiración natural. Esta filosofía obviamente se la pueden permitir muy pocos fabricantes.
De este modo, mientras Lamborghini apuesta por la hibridación y Aston Martin se encomienda en la turboalimentación, en Ferrari se comprometen a mantenerse fieles al V12 atmosférico hasta el fin de sus días, un final que todo sea dicho parece cada vez más lejano gracias a los combustibles sintéticos.