A finales de marzo, para mitigar el impacto de la Guerra de Ucrania, el Gobierno anunció un descuento de 20 céntimos por litro para todos los combustibles. Una bonificación que, en primer lugar, iba a durar hasta el 30 de junio y, ahora, estará vigente hasta el 30 de septiembre. Dos meses después de su implantación nos planteamos la siguiente pregunta: ¿ha funcionado?
La respuesta la hemos encontrado en un análisis realizado por tres económicos: Juan Luis Jiménez, Jordi Perdiguero y José Manuel Cazorla-Artiles. Con su estudio, publicado en Nada es Gratis, han analizado el efecto que ha tenido (y está teniendo) esta medida en el precio de la gasolina y el diésel centrando el foco en el caso de España.
Antes y después del descuento
Explican que para comprobar la efectividad de una medida (en este caso el descuento de 20 céntimos sobre el combustible) se necesita tener una variable de interés, un grupo sobre el que se aplica y un grupo de control.
La variable de interés son los precios del combustible, que han obtenido observando las cifras medias de la gasolina y el diésel (antes y después de impuestos) y la cotización semanal media del Barril Brent en euros. Una información que han recopilado durante 19 semanas (desde la primera de enero hasta la segunda de mayo) gracias al Boletín del Petróleo de la Comisión Europea.
El grupo sobre el que se aplica la medida es España y el grupo de control está conformado por los países europeos que no han tomado ninguna decisión para mitigar esa subida de precios: Austria, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Suecia. En este caso es posible comparar el comportamiento de la variable en ambos conjuntos porque ambos actuaban de forma similar antes de la llegada del descuento de 20 céntimos.
De 20 a 15 céntimos
Con toda esta información sobre la mesa han podido estudiar y analizar la conducta de la gasolina y el diésel en España tras aplicar la rebaja en comparación con las naciones donde no hay ninguna política. La metodología y la ecuación empleada está explicada con detalle en su análisis, pero el resultado es fácil de entender: los precios han aumentado (aproximadamente y de media) 5 céntimos. Así se han comportado de forma específica:
- Gasolina 95: se ha incrementado 2,7 céntimos antes de impuestos y 3,7 después.
- Diésel: ha subido 4,1 céntimos antes de impuestos y 6 después.
Esta curva ascendente anula, en parte, el efecto de la medida del Gobierno. Los 20 céntimos teóricos se convierten en 15 prácticos por el aumento del precio y, evidentemente, no se traduce para los conductores en las cifras y en el alivio que se buscaba.
Otras consecuencias
Por último, los tres investigadores enumeran otras consecuencias de un mercado con “problemas de competencia en todas los eslabones de la cadena productiva (…) y una demanda inelástica”: la bonificación de 20 céntimos “permite que los productores se apropien de una parte” sin olvidar “el coste que tiene para el sector público y el medioambiental”.