El grupo Volkswagen tiene nuevo desafío entre manos en materia de movilidad eléctrica, y éste es ni más ni menos que una de las eternas promesas de la industria. Hablamos de la recarga sin cables o recarga inalámbrica, una tecnología que si bien está presente en el mercado, cuenta con muy bajo respaldo por parte del sector automovilístico. Hasta ahora, pues el grupo Volkswagen se ha embarcado en un experimento para conseguir recargas inalámbricas de hasta 300 kW, lo que permitiría recargar el 80% de un Porsche Taycan en solo 10 minutos.
El centro de innovación del grupo Volkswagen en América, junto al Oak Ridge National Laboratory (ORNL) y la Universidad de Tennessee, han puesto en marcha un programa de investigación y desarrollo basado en recarga inalámbrica para automóviles. Esta tecnología, que lleva años demostrando ser viable en el sector del automóvil, todavía no ha conseguido el rendimiento y el apoyo suficiente para convertirse en una alternativa real a la recarga convencional mediante cables, y es por ello por lo que este experimento se presenta tan interesante.
Porsche Taycan
Aunque esta colaboración a tres bandas pretende abordar diferentes desafíos relacionados con la movilidad, el relacionado con la recarga inalámbrica se presenta como uno de los más atractivos. Y la razón es que se está trabajando con un Porsche Taycan y un sistema de recarga inalámbrica de alta potencia diseñado por ORNL, un diseño que promete potencias de hasta 300 kW, lo cual supondría casi igualar las potencias de carga más altas que se emplean en la actualidad en los puntos de recarga más rápidos en servicio. Por ejemplo, los turbocargadores que Porsche instaló en su sede en España (Madrid), son capaces de suministrar hasta 350 kW, si bien el Taycan está limitado actualmente a 270 kW.
Por el momento, el equipo de trabajo ha sido capaz de llevar la potencia de carga desde los 6,6 kW a los 120 kW, lo cual ya supone una mejora sumamente importante en la reducción de los tiempos de carga. Pero las buenas noticias no acaban aquí, y es que también se ha conseguido una eficiencia del 98% en la transferencia de energía, lo cual supone una tasa bastante elevada teniendo en cuenta que la recarga inalámbrica siempre se ha visto penalizada por una eficiencia de entre el 80 y el 90%.
De los resultados de este programa experimental podemos esperar por lo tanto grandes avances, más aún si el grupo Volkswagen dedice apostar en su conjunto por esta tecnología. Solucionados los problemas de eficiencia y límites de potencia, la recarga inalámbrica permite olvidarnos por completo de los cables y los conectores, lo que redundaría en una infraestructura mucho más accesible y estandirazada para cualquier coche eléctrico o híbrido enchufable.