Uno de los grandes retos del coche eléctrico es su actual proceso de recarga. Además de una infraestructura de recarga francamente escasa – especialmente en países como España – los tiempos de recarga suelen ser realmente largos. Por ejemplo, para recargar al completo la batería de 90 kWh de capacidad de un Jaguar I-Pace en un wallbox doméstico, necesitamos más de 10 horas de conexión a la corriente. En garajes y viviendas una recarga más lenta no supone un gran problema, pero sí supone grandes trabas en viajes largos por carretera. Hasta ahora, claro está. BMW y Porsche tienen la solución.
Ambos fabricantes alemanes están probando un nuevo sistema de recarga de ultra-alta potencia y velocidad. El sistema se llama simplemente FastCharge – no dieron muchas vueltas al nombre – y ha recibido una subvención del Gobierno alemán de 7,8 millones de euros. La primera estación de recarga de FastCharge ha abierto sus puertas en Jettingen-Scheppach, y sus cargadores CCS Combo de corriente directa tienen una potencia máxima de 450 kW. Esta potencia es nueve veces superior a los puntos de recarga rápidos que tenemos en España, con potencias de hasta 50 kW en el mejor de los casos.
Porsche Taycan
Para demostrar el potencial de esta tecnología BMW y Porsche han estrenado sus cargadores con dos prototipos eléctricos. Sus baterías de hasta 800 voltios y sus sistemas eléctricos estaban preparados para digerir el «atracón» de electrones. La mula de pruebas del Porsche Taycan ha logrado alcanzar una potencia de recarga de 400 kW, recibiendo en menos de tres minutos suficiente energía eléctrica para recorrer hasta 100 km. El sistema FastCharge tiene como objetivo último que la recarga de un coche eléctrico sea tan rápida y sencilla como el repostaje de un vehículo de combustión interna.
Por el momento esta estación de recarga pionera es de uso gratuito. Es capaz de detectar la potencia máxima a la que nuestro coche puede recargarse, minimizando el tiempo de recarga hasta los límites físicos de nuestra batería. No todos los coches están preparados para potencias de recarga de 450 kW, ni mucho menos. El Jaguar I-Pace puede recargarse a un máximo de 100 kW de potencia y los Tesla soportan recarga rápida de hasta 120 kW de potencia, aproximadamente. La familia I.D. de Volkswagen soportará recargas rápidas de hasta 150 kW, según los últimos datos ofrecidos por la marca.
El BMW i3 ha recargado el 70% de su batería en apenas 15 minutos. El cuello de botella está en su propia batería, incapaz de soportar tanta potencia de recarga.
En un futuro utópico, los coches eléctricos se recargarán a velocidades fulgurantes en estaciones de recarga ultra-rápidas. Serán clave para que el coche eléctrico funcione adecuadamente fuera de un ámbito urbano. El cuello de botella hoy por hoy está en las propias baterías de los coches eléctricos, que aún no están preparadas para semejantes potencias. No obstante, los avances de FastCharge son la evidencia del enorme ritmo al que avanza el desarrollo tecnológico de los coches eléctricos. Quizá lo mejor sea esperar unos pocos años a que su tecnología evolucione, porque da pasos de gigante a ojos vista.
Fuente: The Verge