Hace apenas unos meses, en julio, el histórico fabricante de asientos Recaro Automotive GmbH anunciaba el inicio de un proceso de quiebra. Un proceso que no necesariamente implicaba su desaparición, si no la necesidad de una profunda reestructuración y un rescate económico. La noticia del día es que el ángel de la guarda de Recaro acaba de llegar. Es un proveedor de la industria del automóvil: se llama Proma Group, es italiano y aunque asegurará el futuro de Recaro, impondrá sus condiciones y exigirá sacrificios.
La quiebra de Recaro en julio no fue sorprendente. La empresa ya tenía el cinturón apretado desde su último cambio de manos a una firma de capital-riesgo, y sus empleados habían llegado a renunciar a parte de su salario para asegurar la supervivencia. La pérdida de un gran contrato fue la gota que colmó el vaso, poniendo en peligro el trabajo de 215 personas y la mera existencia de la fábrica de Recaro en Kircheim (Alemania). La llegada de Proma Group es un gran alivio para Recaro, pero confirma la destrucción de empleo.
Aunque Proma Group quiere una «transición fluida», este gigantesco proveedor italiano ya ha anunciado que la producción de asientos – y todos sus componentes accesorios – será trasladada a Italia, donde ya dispone de instalaciones de producción. Proma Group emplea a más de 5.000 personas y opera 25 fábricas en tres continentes, especializándose en estructuras de asientos, pero también en piezas de carrocería, suspensiones y otros componentes. La inversión en Recaro les permite acceder a un producto de alta calidad, y jugosos contratos.
Proma Group mantendrá una pequeña estructura comercial, tecnológica y de dirección en Alemania, pero todo apunta a que el grueso de trabajadores acabarán engrosando las listas del paro. Para enero de 2025 pretenden reanudar la producción de asientos Recaro en sus fábricas italianas, desbloqueando el parón productivo – un parón que ha obligado a fabricantes como Ineos a detener al completo la producción del Grenadier en Hambach. Las operaciones comerciales de Recaro en EE.UU. y Japón no se verán afectadas por esta reestructuración.
Lo mismo ocurrirá con el resto de divisiones de Recaro: en la división aeronáutica y en su división retail todo es «business as usual».