Como si de un “dragster” se tratase, algunos estudiantes de la ETH de Zúrich y de la Universidad de Ciencias y Artes Aplicadas de Lucerna, ambas en Suiza, han conseguido que un pequeño y ligerísimo coche monoplaza, diseñado y fabricado por ellos mismos de una manera completamente artesanal, pueda acelerar de 0 a 100 km/h en menos de un segundo. Se trata de un vehículo de competición 100% eléctrico que, bautizado como Mythen, ha detrozado un récord mundial.
Desarrollado por el equipo de Academic Motorsports Club Zurich, estos jóvenes han invertido gran parte de su tiempo libre durante el último curso en crear una máquina pilotable con cuatro ruedas y una aceleración propia de un bólido como los que se ven en las “drag race” norteamericanas. Tanto que el BEV de carreras en cuestión acaba de ser certificado por Guinness World Records como el más rápido del planeta (y de toda la historia) en alcanzar 100 km/h desde parado.
Soñar en 0,96 segundos y 12,30 metros: así es el Mythen, un misil eléctrico en el que cabe una persona
El Mythen es lo más parecido a un cohete para los circuitos de asfalto. Su masa neta (sin conductor) es de 140 kilogramos gracias al uso de componentes muy ligeros para su construcción, tales como el aluminio y la fibra de carbono. Su sistema de propulsión entrega una potencia máxima de 326 CV, lo que le ha permitido pasar de 0 a 100 km/h en 0,956 segundos y en 12,30 metros, según las mediciones que ha facilitado la ETH. Esto significa batir la plusmarca anterior, obtenida por la Universidad de Stuttgart en 2022, por medio segundo. No es baladí, ¿cierto?
La persona que tuvo que experimentar semejante fuerza G en el Parque de Innovación de Suiza, sito en Duebendorf, fue Kate Maggetti, una estudiante del equipo AMZ que se puso a los mandos del monoplaza, probablemente debido a su pequeño tamaño y bajo peso. En cualquier caso, la fuerza total que son capaces de generar los cuatro motores eléctricos (uno por rueda), así como la ligereza del conjunto no son las únicas claves para lograr un hito como este: importa mucho poder transferir ese esfuerzo al suelo de una manera muy efectiva. Por tanto, la aerodinámica y el chasis son fundamentales.
Sin embargo, para optimizar la tracción desde el principio, en AMZ han optado por una especie de aspirador que succiona el aire por debajo del Mythen, así como por unos neumáticos de compuesto extremadamente blando. “Trabajar en el proyecto, además de mis estudios, fue intenso. Pero también fue divertido colaborar con mis compañeros para producir continuamente mejoras o nuevas soluciones, poniendo en práctica todo lo que aprendimos en clase. Estar involucrado en un récord mundial es una experiencia absolutamente única”, ha comentado Yann Bernard, quien es uno de los responsables de citado equipo. Ahora, el vídeo de la hazaña: