Proterra es una empresa estadounidense cuyo modelo de negocio se centra en la fabricación y venta de autobuses completamente eléctricos. Su principal línea de negocio son los autobuses urbanos, y como apoyo a sus campañas de márketing, han decidido explorar los límites de la autonomía de un Catalyst E2 Max – su buque insignia. Este autobús urbano mide más de 12 metros y ha sido capaz de recorrer la friolera de 1.772,2 kilómetros con una sola carga de su enorme batería. ¿Es un autobús 100% eléctrico realmente viable? ¿Hay trampa o cartón en este récord?
El autobús usado es un Proterra Catalyst E2 Max, con su batería opcional de gran capacidad. Una gigantesca y carísima batería de 660 kWh de capacidad, equivalente a exactamente once Opel Ampera-e. La enorme batería suministra electricidad a un motor de 220 kW de potencia, suficiente para el uso urbano e interurbano de este autobús, y comparable a la potencia de un autobús diésel convencional. Según Proterra, la autonomía real de este autobús es de unos 560 kilómetros, con un consumo a plena carga de 1,89 kWh/milla – estamos hablando de un consumo operativo algo por encima de los 100 kWh/100 km.
El fabricante de autobuses acudió como cada año al Navistar Proving Grounds en Indiana, donde lo condujeron a una velocidad constante de máxima eficiencia, durante la friolera de 1.772,2 kilómetros. Una cifra que si bien no es realista, es impresionante y es actualmente el récord de distancia con una sola carga para cualquier tipo de vehículo eléctrico. Proterra había logrado recorrer el año pasado 970 kilómetros con un Catalyst E2 con una batería de 440 kWh de capacidad, y en 2015 habían recorrido 415 kilómetros con un autobús cuyo pack de baterías tenía 257 kWh de capacidad.
Toda una proeza, que pretende ayudar a la empresa a que más operadores de transporte público se animen a adquirir sus autobuses. La empresa reconoce que el precio de sus autobuses no es barato: hablamos de unos 700.000 dólares en Estados Unidos, frente a los 400.000 dólares que en media cuesta un autobús equivalente con motor diésel. El ahorro del bus eléctrico se consigue en el largo plazo, ya que su mantenimiento es mucho más asequible – tiene un 30% menos de piezas móviles, no necesita cambios de aceite, gasta mucho menos el tren de frenado y no necesita sistemas de tratamiento de gases de escape.
La empresa estima que en 12 años, operar un Catalyst es casi 240.000 dólares más barato que un autobús convencional, con un coste total de en torno a un millón de dólares. Como las rutas de un bus urbano son predecibles y suelen volver a su base cada noche, la recarga no supone el quebradero de cabeza que sí supone en los vehículos particulares. Además, es un autobús compatible con recarga rápida de 120 kW de potencia, por lo que en cinco horas su batería está completamente cargada. La empresa estima que un autobús urbano recorre en Estados Unidos unos 210 kilómetros diarios – en promedio.
Fuente: The Drive