No existe ningún coche en la parrilla de F1 que consiga igualarse en velocidad a este pequeño aparato que ha surgido del trabajo en conjunto de Red Bull con un equipo de ingeniería de drones. Aspira a revolucionar la F1 con una nueva forma de grabar y capturar imágenes como ninguna otra cámara ha conseguido antes. Pero lo más sorprendente de todo es el recorrido que ha tenido en el último año.
Una nueva forma de transmitir la F1
La introducción del Rocket Drone en el mundo de la Fórmula 1 marca un hito sin precedentes en la forma en que se transmite y se experimenta este emocionante deporte.
La clave de este equipo es que hasta ahora no existía una forma en la que la audiencia de televisión pudiera acercarse tanto a la experiencia de conducción de un F1 en el circuito. A las cámaras instaladas en los propios vehículos les faltaba el dinamismo que tiene el que pilota siendo consciente del entorno, y las cámaras externas eran incapaces de acompañar a un vehículo en primera persona. De hecho, a veces incluso parece que los coches van lentos cuando, en realidad, su velocidad es extrema. El Rocket Drone de Red Bull cambia eso radicalmente, pudiendo seguir a los coches a una velocidad de vértigo y comportándose también de forma ágil a la hora de tomar curvas. Esto transmite a la perfección lo que es circular a varios cientos de kilómetros por hora entre los pianos.
Un drone imposible de desarrollar
Anteriormente, los vehículos aéreos no tripulados (drones) utilizados en este entorno alcanzaban velocidades máximas de aproximadamente 180 km/h de forma momentánea. Esta limitación impedía que los drones capturaran la acción de manera fluida y precisa, especialmente en circuitos donde los coches de Fórmula 1 alcanzan velocidades mucho más altas. Existían drones capaces de alcanzar los 400 km/h, pero solo volando en línea recta y durante poco tiempo.
Así, el trabajo de Dutch Drone Gods implicaba tener que acercarse al máximo que había alcanzado un drone, pero con las mismas capacidades de grabación que tienen drones que van a la mitad de velocidad. El proceso parecía casi imposible, pero en algo más de un año han sido capaces de crear el Rocket Drone.
Su aspecto le da el nombre, pues casi parece un cohete, diseñado así para poder alcanzar velocidades extremas gracias a su aerodinamismo, y para poder también tener toda la agilidad necesaria en la toma de curvas, siendo este último aspecto uno de los que hubo que retrabajar desde que en septiembre de 2023 probaran el primer prototipo en un circuito con un F1 en pista.
Mucho más que un sencillo dron rápido
Las cifras obtenidas por este drone son sorprendentes, sobre todo cuando las comparamos con un F1. Y es que es capaz de hacer el 0-300 km/h en tan solo dos segundos. En ese tiempo un F1 no ha llegado a los 100 km/h. Pero lo sorprendente sigue siendo la capacidad del drone para tomar las curvas, que al fin y al cabo es donde más destaca un Fórmula 1. El siguiente vídeo muestra la locura que es capaz de realizar el Rocket Drone siguiendo a nada menos que a Max Verstappen con el monoplaza con el que competirá este año. Consigue, por fin, seguir a un F1 durante una vuelta completa sin perderlo en el plano.
Es una pequeña pieza de menos de 1 kg con componentes en fibra de carbono y fibra de vidrio creados con la máxima tecnología haciendo uso de impresión 3D y de modelado CFC.
Pero lo mejor es que no solo vuela y se desplaza a gran velocidad y de forma ágil, sino que cuenta con dos cámaras estabilizadas capaces de grabar a 4K, una a 60 fps y otra a 30 fps, con una riqueza de imagen de 10 bits. Gracias a ello es posible obtener imágenes de gran calidad que servirán en el futuro para transmitir como nunca antes la acción de la F1.
Hoy por hoy sirven para realizar grabaciones, pero el equipo está trabajando en conseguir la capacidad de transmitir señal en vivo para que puedan servir como «cámaras» en medio de las carreras. Con suerte, este año llegaremos a disfrutar en alguna carrera de tomas imposibles y una nueva forma de ver la Fórmula 1.
