A medio camino entre el sacrilegio y la novedad, la entrada de Ferrari en el mundo de los SUV es y será uno de los temas de moda hasta los albores de 2019. Eso no impide que los espíritus de Maranello vean con recelo a esta rara avis que pretende ponerse por montera toda la tradición y pureza de Ferrari. Al otro lado está el mundo real donde ejercicios como el Porsche Cayenne, el Bentley Bentayga o el Lamborghini Urus han demostrado que los usuarios de firmas top quieren sí o sí “meterse en vena” su marca en cuanto más formatos mejor. Ya sea en deportivos radicales o en SUV descaradamente caros, ellos quieren su dosis.
Ferrari Purosangue
Ante este panorama a Marchionnne, CEO de la firma, le ha venido Dios a ver. Después de la salida de Montezemolo, de estilo más purista y claro discípulo comercial de Enzo en todos los sentidos, con la prensa de medio mundo inundando la red con noticias sobre el tema, las acciones de la firma triplicando su valor, los analistas pidiendo a gritos más ingresos y viendo como casi todos los modelos se agotan antes de salir, Sergio filtra en 2017 que el SUV de Ferrari estaba en marcha. Fumata blanca para los de Maranello.
Plata o plomo
A partir de que Ferrari daba el “sí quiero” a su matrimonio con los SUV, entremos en materia, la mole roja ya ha tomado forma en muchos medios que han hecho su interpretación de esta nueva bestia que debería meter a Ferrari en el olimpo de SUV premium. Todos son elucubraciones y nosotros no vamos de dejar aportar nuestro punto de vista profesional de cómo debería ser el Ferrari FX16, nombre en código con el que se conoce a este maravilloso aquelarre.
A nivel de motores… plata o plomo que diría la famosa frase de la serie Narcos. Toca un V12 cañón o una versión híbrida suavizada de lo que vimos en el LaFerrari, siempre en la banda de los 600/700 CV. No hay más. Ferrari debe poner o algo de gasolina de carácter incontestable o potencia salvaje pero con ese ya, obligado guiño, a la energía eléctrica. Sea grande, pequeño, alto o bajo, suba o no las dunas del desierto, eso da igual, pero correr deber correr cómo la pólvora, ¡qué diablos! es un Ferrari.
Imagen del interior del Ferrari GTC4Lusso T y sus plazas traseras.
Excitar
En el interior Ferrari debe ponerse las pilas. Desde los angostos 456, pasando por el mejorado 612 Scaglietti, pero con serios problemas de identidad estética interior, no es hasta la llegada del California, FF y GT4 Lusso cuando la firma ha tomado una derivada estética interior de cierta entidad que madura con el 812 y con el Portofino. Al otro lado Porsche, Bentley y no digamos Lamborghini juegan muy fuerte sus bazas de interiores.
¿Ferrari está mal ahí? No, pero el SUV debe culminar un estilo de interiores cada día más armonizado y deportivo, donde la pantalla principal, la del copiloto, el cuero, las toberas de ventilación y demás componentes fluyan hacia un interior lujoso en mayúsculas que atufe a Ferrari por los cuatro costados. De todos los supuestos rivales, el Urus es el más personal, el más italiano, el más rebelde, el más cercano a lo que debería hacer Ferrari. Una referencia. Los de Sant’Agata Bolognese han sabido crear un interior excitante que hará que sus aguerridos usuarios de deportivos irreverentes se sientan como en casa. Ese el objetivo del interior del Ferrari FX16, provocar adicción en sus usuarios. Repetimos, no es fácil.
El tesoro
La estética del Ferrari SUV es el gran tesoro del momento, la firma guarda con recelo cualquier filtración, ya que se la juegan. Si el coche no gusta, el tortazo de imagen y financiera, no olvidemos sus repercusiones bursátiles, pueden ser devastadores. Por el contrario, si en los países árabes se convierte en el coche de recreo de moda, en Estados Unidos entra por el ojo derecho y se hace habitual del postureo de Rodeo Drive, mientras que Asia y Europa completan el lote de ventas, la caja que puede hacer Ferrari puede ser una cosa de locos. Un coche que sin calentarse llevará a los clientes a desembolsar un mínimo de 300.000 euros y que en unidades personalizadas puede rozar o superar los 500.000 euros hacen del Ferrari FX16 un misil de ingresos.
Desde Diariomotor pensamos que ha de mantener rasgos estéticos de la firma por lo que toca basarse en el GT4 Lusso que se vende como rosquillas, es un cuatro plazas y único Ferrari de tracción total. Pensamos que una carrocería más elevada, quizá no tanto como el Urus y con un habitáculo más ancho que el Lusso, aunque derivando de él en diseño, podrían ser las bases del Ferrari SUV. De esta manera se abandonaría el habitáculo de dos plazas traseras para pasar a tres.
Es obvio que Ferrari puede tirar por la calle de en medio y crear una nueva forma de entender la estética, habida cuenta de que es un producto 100% nuevo, pero a priori no tendría sentido. Hace tiempo que Ferrari abandonó a Pininfarina – algo imperdonable para los puristas – y rige sus destinos estéticos en su propio centro de diseño. Desde ahí Flavio Manzoni está pilotando una quizá descarada armonización de diseño, no hay más que ver los morros de los Lusso, Portofino y 812 Superfast, por lo que el Ferrari FX16 algo de ellos debería tener.
Sea como fuere la leyenda del Ferrari SUV sigue su camino y mucho nos tememos que no será la última vez que hablemos de él antes de que salga al mercado. Ya tiene más de medio millón de noticias en Google News. Habrá que esperar hasta los albores de 2019 para ver el producto final. Antes hemos de estar preparados para miles de noticias, fotos de las “mulas” y otras tantas filtraciones o elucubraciones. Está claro que nos lo vamos a pasar bomba, así que a disfrutar se ha dicho.
Artículo elaborado por Miguel Ángel Muñoz.