El Ministerio de Hacienda dio forma a un comité de expertos para que elaborasen una lista de medidas que consideraran necesarias para afrontar la reforma fiscal: propuestas que han sido recogidas en el Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria que ha sido entregado este jueves. Casi 800 páginas entre las que se encuentran algunas reformas que afectan al mundo del motor. Una de ellas está relacionada con el impuesto de circulación: sugieren sustituirlo por otra tasa con la que pagarían más los que más usasen su vehículo.
La lista está formada por 118 medidas divididas en cuatro ámbitos: fiscalidad ambiental, imposición societaria, economía digitalizada y armonización de la tributación patrimonial. A ellas se suman recomendaciones en otros temas como IVA e IRPF. Buceando entre las propuestas encontramos la que propone una reforma del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (el impuesto de circulación) para incorporar una cuota tributaria creciente con el nivel de las emisiones de CO2 de los automóviles.
Un impuesto sobre el uso de los vehículos
El comité de expertos expone en este informe, al que ha tenido acceso la Agencia Efe, que no estaría de más sopesar la aprobación de un tributo sobre el uso de los vehículos directamente. Con él se sustituiría la mayoría de las tasas que existen sobre el transporte rodado como, por ejemplo, las que los conductores pagan por tener un coche. Este cambio se llevaría a cabo progresivamente.
Esta medida estaría motivada por los cambios en los hábitos de los consumidores y por la “pérdida de capacidad recaudatoria de gran parte de los tributos” que pagamos hoy en día a causa de todos los avances que han llegado al mundo del motor y con los que es posible reducir las emisiones contaminantes de los diferentes vehículos.
¿Cómo sería la nueva tasa?
Según lo reflejado en el Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria, este nuevo impuesto marcaría las diferencias “entre clase de vehículo, localización y hora para aproximarse a los costes externos en términos de contaminación global y local, ruido, congestión y accidentes así como al desgaste de las infraestructuras”. Se deduce de este concepto que con esta nueva tasa pagarían más quien más conduzca.
Los expertos añaden, además, que son conscientes del carácter regresivo de esta medida que no distinguiría entre las distintas capacidades económicas de todos los conductores. Razón por la que proponer destinar parte de la recaudación a mejorar el transporte público para afrontar los problemas de tráfico y contaminación local.
El ejemplo de los expertos
El informe ejemplifica su propuesta con un tipo impositivo máximo de 50 euros por tonelada de dióxido de carbono (CO2) emitida por vehículo. Esto se traduciría en una recaudación de 31.733 millones de euros: “Esta simulación refleja la elevada capacidad recaudatoria de un tributo de esta naturaleza en España”.
Eso sí, hacen especial énfasis en que esto sería un umbral máximo porque no tiene en cuenta todos los factores y dejan claro que al tratarse de un cambio tan complejo habría que llevar a cabo una serie de evaluaciones experimentales antes de implementarlo.
Eso sí: se trata de una mera propuesta y no quiere decir que la reforma del impuesto de circulación vaya a seguir todas estas recomendaciones al pie de la letra. Es más, el Ministerio de Hacienda ya ha declarado que no contempla actuar de manera inmediata ya que el informe está pensado para el medio y largo plazo.
Mejor que las ZBE
El informe puntualiza que esta propuesta no es ninguna novedad puesto que los anteriores expertos ya destacaron en 2014 la utilidad de impuestos de este tipo para solucionar los problemas de tráfico y contaminación. Aseguraban, incluso, que era preferible una tasa de este tipo a las Zonas de Bajas Emisiones.
Por último, añaden que esta medida ya se aplica en ciudades como Londres (2003), Estocolmo (2007) y Milán (2008) y suma los estudios que se han llevado a cabo en Barcelona y Las Palmas de Gran Canaria.