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Reino Unido sigue los pasos de la Unión Europea y también podría relajar las prohibiciones de los híbridos

En el arranque del año 2025, políticos británicos se hacían eco de un estudio realizado por el organismo representativo Electric Vehicles UK (EVUK), en el que se afirmaba que los vehículos híbridos no enchufables deberían ser prohibidos como inicialmente estaba planteado para 2030 “o se enfrentaría a un paso en falso catastrófico” en su objetivo de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas. Precisamente esta iba a ser la primera parada en Reino Unido, donde modelos híbridos enchufables se planteaba que terminaran su comercialización de cara a finales del año 2034, momento en el que se prohibiría la venta de todos los vehículos nuevos que no sean de emisiones cero.

En ese momento, ya se aseguraba que los ministros del gobierno británico se encontraban bajo enormes presiones para conseguir que estas prohibiciones se aplazaran con el objetivo de dar más margen a fabricantes y consumidores, mientras que en el punto de vista contrario se advertía que de no respetarse las fechas originales se produciría una caída profunda en la confianza en el compromiso del gobierno con los vehículos eléctricos.

Los planes en lo referente a los vehículos cero emisiones introducidos en 2024, el objetivo apuntaba a que los fabricantes debían vender un porcentaje mínimo de unidades con modelos 100% eléctricos al año, comenzando por un 22% en 2024, un 28% en 2025 y de hasta un 80% de cara a 2030. Sin embargo, las preocupaciones de las marcas seguían estando vigentes y ya se había anunciado que habría una consulta abierta del gobierno hasta el 18 de febrero con el objetivo de considerar plazos más flexibles para algunos sectores de la industria automotriz.

Llegados a mediados de marzo, el primer ministro Keir Starmer finalmente se pronunció al respecto. Reino Unido está dispuesta a relajar la prohibición de las ventas de vehículos híbridos que estaba planeada para 2030, precisamente haciéndose eco de la preocupación de que los objetivos estrictos de ventas de vehículos eléctricos puedan ser una presión asfixiante sobre los fabricantes, los cuales afirmaban que se corría el riesgo de retirar la inversión que se realizaba por su parte en el tejido industrial de las islas británicas.

El Primer Ministro británico ya considera abiertamente el relajar las prohibiciones planteadas para finales de esta década para evitar que los fabricantes retiren inversiones

El Departamento de Transporte del Reino Unido por tanto se ha mostrado dialogante ante esta posibilidad no sólo de que se sigan vendiendo nuevas unidades de híbridos no enchufables, sino también de aquellos híbridos con mayores emisiones de CO2, por encima de los 115 g/km a partir del final de esta década.

Los fabricantes consideran que sería clave mantener un rango más amplio de vehículos híbridos a la venta, al menos hasta 2035, para que sirvan como puente para los conductores de cara a una adopción mayoritaria de los vehículos eléctricos puros, mientras que para el gobierno británico deberá encontrar el equilibrio entre seguir alcanzando la ambiciosas metas de cara a reducir las emisiones contaminantes por parte del transporte por carretera, todo ello teniendo en cuenta que el sector automovilístico está afrontando grandes retos durante los últimos años.

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Iván Fernández

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