Reino Unido anunciará hoy mismo un ambicioso plan para acabar con el motor de combustión interna, un proyecto que pretende prohibir el diésel, pero también la gasolina, de aquí a 2040. Estaréis conmigo en que se trata de un proyecto con unos plazos extremadamente largos. Para que nos hagamos una idea del contexto temporal, y dado que estos días se están llevando a cabo diferentes celebraciones para conmemorar aquel acontecimiento, el tiempo que nos queda hasta llegar a 2040 es prácticamente el mismo que ha pasado desde que se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. En cualquier caso, ya no solo hemos de tener muy en cuenta la prohibición que se plantea para 2040, sino cómo las autoridades británicas pretenden expulsar de las carreteras al motor de combustión interna en los próximos años.
Aunque el plan completo aún no se ha desvelado, medios como The Guardian ya anticipan algunas de las medidas que se llevarán a cabo en Reino Unido y que, en el fondo, siguen el ejemplo de otros movimientos que ya se han producido en otros países europeos, como Francia, o Noruega.
En 2040 estará prohibida la venta en Reino Unido de cualquier coche con motor de combustión interna, y eso incluye obviamente a los híbridos. Con ello, nos encontraríamos con un panorama en el que solo estaría permitida la comercialización de eléctricos y alternativas como el hidrógeno y soluciones que como esta estén basadas en pila de combustible.
Pero el problema ya no es solo esa prohibición, que se produciría dentro de más de dos décadas, y por lo tanto existe tiempo más que suficiente para que la industria y la sociedad se haya adaptado por completo para la hegemonía del coche eléctrico. El problema llegará con las restricciones que se irán imponiendo durante los próximos años.
Según medios como Daily Mail, en el paquete de medidas que presentarán Michael Gove y Chris Grayling, de las secretarías de estado responsables del medio ambiente, y el transporte, estarán la imposición de nuevas tasas e impuestos que afectarán sobre todo a los conductores de coches diésel que utilicen las vías más congestionadas y contaminadas del país. Se espera, incluso, que se produzcan restricciones totales a los diésel y a los vehículos más contaminantes en determinadas situaciones y promover medidas aún más drásticas en el ámbito local. Probablemente, insistimos, estas medidas sean las que aceleren aún más la desaparición de los diésel en Reino Unido, primero, los vehículos no híbridos más tarde, y finalmente dejen un panorama en el que solo sea viable conducir eléctricos, antes del año 2040.
Los ayuntamientos serán los encargados de determinar qué restricciones se llevarán a cabo dentro de su jurisdicción. En cualquier caso, estas medidas incluirán una dotación presupuestaria que apoye las soluciones técnicas necesarias para que las localidades de Reino Unido sancionen ordenanzas que restrinjan el tráfico y lleven a cabo un plan de mejora de la regulación del tráfico que implicaría medidas tan curiosas como optimizar los tiempos y las etapas de los semáforos para que reduzcan su impacto en las emisiones de los coches, o incluso la eliminación de los dichosos resaltos para obligar al conductor a reducir la velocidad.
A lo largo del día os seguiremos informando de esta medida que, sin duda, hemos de tener muy en cuenta, porque observando lo que hagan nuestros vecinos franceses, o en Reino Unido, muy probablemente estaremos contemplando lo que sucederá previsiblemente en España en los próximos años.