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Remolcar un Porsche 962 con un Bentley Blower es un desastre en ciernes (aunque sea una genialidad)

En Diariomotor nos encantan los coches clásicos, y nos encanta aún más que sus propietarios los usen como es debido. El protagonista de este artículo es un tal Martin Overington, un británico que tiene la suerte de tener en su garaje un precioso Bentley 4½ Litre – conocido habitualmente como Blower por su compresor tipo Roots – y un Porsche 962 de competición, concretamente, una unidad que corrió las 24 Horas de Le Mans en 1988. Ya que iba a asistir a un evento en el Angouleme Circuit des Remparts en Francia, decidió remolcar su Porsche… con su Bentley. Una idea genial, reconocida por el propio Overington como un desastre en ciernes.

En su día se solía hacer referencia al Bentley Blower como «el camión más rápido del mundo», ya que era un coche relativamente pesado y poco ágil, pero muy potente y rápido. El Blower tenía en sus entrañas un motor de cuatro cilindros y 4,5 litros de cubicaje, que sobrealimentado por compresor llegaba a desarrollar 175 CV de potencia. Una cifra impresionante si tenemos en cuenta que el coche fue lanzado en el año 1927. Su versión de competición desarrollaba 240 CV y llegaba a alcanzar más de 220 km/h, una cifra mareante para un coche en el que el rendimiento aerodinámico no era un concepto conocido.

Overington ha llegado correctamente a su destino, pero aún tiene que deshacer todo el camino andado de vuelta a Reino Unido.

Pesaba la friolera de 1.685 kilogramos, y para detenerse, hacía uso de cuatro enormes frenos de tambor de 430 mm de diámetro, sin ayuda hidráulica alguna. ¿Remolcarías un coche de carreras valorado en muchos cientos de miles de euros – si no ya en millones – con otro carísimo clásico? A Overington le pareció una gran idea, especialmente en un viaje de ida y vuelta de casi 2.000 kilómetros. Ni corto ni perezoso, instaló una bola de remolque en su Bentley y se lanzó a la carretera. Sabemos que el viaje de ida fue un éxito porque en un vídeo se le ve llegando al hotel en destino. No obstante, no fue un viaje carente de retos.

Our heroic tow car along with its heroic race car is en route to Angouleme!

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El propio conductor reconoce que no fue una gran idea: «los frenos del remolque son mejores que los del coche, por lo que frenar es «interesante». El Porsche es mucho más ancho que el Bentley y en los pueblecillos de Francia las maniobras son todo un desafío. Los adelantamientos son terroríficos y durante una parte del viaje tuve que soportar lluvias torrenciales». Una historia para contar a los nietos y una pesadilla a partes iguales. A pesar de la locura que supone emprender un viaje así con dos clásicos valiosísimos, quién pudiera tener los posibles para embarcarse en una aventura así, ¿verdad?

Le deseamos suerte.

Fuente: R&T

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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