Hace ya casi año y medio se destapaba en Estados Unidos el escándalo de los diésel de Volkswagen y la manipulación cometida, y asumida por el fabricante, de sus emisiones de NOx en las pruebas de homologación. Allá por septiembre de 2015 ya advertíamos que, aquella investigación iniciada en Estados Unidos, había supuesto la apertura de la caja de Pandora. Y que muy probablemente la industria del automóvil jamás volvería a ser la misma. Lo que se sembró con aquella investigación ya está dando sus frutos. Si ayer os contábamos que Fiat Chrysler Automobiles estaba siendo investigada en Estados Unidos por irregularidades en la lógica de funcionamiento de sus motores en lo que respecta a los sistemas anticontaminación, hoy es Renault la que se enfrenta a una investigación iniciada por la fiscalía de París por un supuesto caso de fraude en las emisiones de sus vehículos. ¿Y qué sabemos de esta investigación a la que está siendo sometida Renault?
Malos tiempos para el diésel. En noviembre conocíamos que Renault podría enfrentarse a una investigación por un supuesto fraude derivado del funcionamiento de sus sistemas anticontaminación. Las normativas de emisiones, cada vez más exigentes en la reducción de los NOx que emiten, sobre todo, los diésel, han obligado a los fabricantes a emplear sistemas cada vez más sofisticados para neutralizar estos contaminantes. Los NOx son los contaminantes que más problemas están causando en ciudades como París y Madrid, hasta el punto en que esta última tuvo que afrontar por primera vez en su historia la restricción de la circulación en función de la paridad de matrícula.
La lógica de funcionamiento de estos sistemas está en entredicho y, como consecuencia del fraude reconocido por Volkswagen, cualquier alteración en ese funcionamiento puede ser entendida como un truco para superar las homologaciones.
Renault se defendió asegurando que esa alteración en el funcionamiento de sus sistemas anticontaminación no se debe a una técnica para superar la homologación, a un defeat device, sino a una solución técnica para evitar averías en la mecánica a ciertas temperaturas. El problema podría estar en que la ventana térmica en la que la neutralización de NOx es más efectiva coincidiría precisamente con la situación habitual de una prueba de homologación en banco de rodillos (ver Automotive News).
Según Reuters, la fiscalía habría iniciado una investigación judicial para determinar la culpabilidad de Renault en un supuesto fraude de emisiones. Recordemos que hace exactamente un año ya saltaron todas las alarmas cuando los investigadores accedieron, por orden judicial, a las sedes de Renault para iniciar sus pesquisas.
Y como sucediera hace un ahora un año, la consecuencia directa del conocimiento público de esas investigaciones provocaría una caída del precio de las acciones de Renault que hoy han llegado a desplomarse con una caída superior al 3%.
Vía comunicado, Renault reconocía hoy mismo que tras aquellas primeras investigaciones, será la fiscalía de París la que proceda con esta causa. Y que previsiblemente las investigaciones continuarán. En cualquier caso, Renault también quería defender su inocencia asegurando que sus productos cumplen con las normativas francesa y europea, que han sido homologados para cumplir esas normativas, que no han empleado ningún software malicioso con el afán de trucar su homologación de emisiones y que están convencidos de que las normativas actuales – las Euro 6 – han de endurecerse para plantar cara al problema de la contaminación.
De momento, esto es todo lo que sabemos. Es probable que en los próximos meses vayamos conociendo nuevos detalles de un caso que, como ya os decíamos anteriormente, se inició ahora hace un año con la entrada de los investigadores en las sedes y fábricas de Renault en Francia.
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