La nueva generación del Renault Mégane más deportivo de la marca, la variante RS, está más cerca que nunca de descubrirse tras muchos meses de espera. La versión de altas prestaciones del compacto de Renault está a punto de llegar, y su presentación ha sido fijada para el día 28 de mayo, este mismo domingo, coincidiendo con la celebración del GP de F1 de Mónaco.
La llegada de una modelo firmado por la división Renault Sport siempre es motivo de alegría y excitación para los amantes de la firma del rombo, que conocen el buen hacer de la marca francesa en el terreno de los compactos vitaminados. El Mégane es el coche más grande capaz de llevar este ilustre apellido, luchando en un segmento que ha evolucionado de forma descomunal.
Y es que la nueva generación del Mégane R.S va a tener que luchar con una oferta de «supercompactos» que dejaron atrás hace tiempo la barrera de los 200 CV y que a día de hoy superan, en la mayoría de las ocasiones, los 300 CV, en algunos casos de manera holgada como en el caso de los Ford Focus RS y Honda Civic Type R. El SEAT León Cupra, que con su última actualización fija su potencia máxima en 300 CV, es también uno de los rivales a batir.
Desde hace ya muchos meses, la marca gala está dejando caer, con cuentagotas, ciertas informaciones acerca de su última creación, que promete rondar también los 300 CV, en principio extraídos de un motor 2.0 turbo, aunque no se puede descartar tampoco que el encargado de mover al nuevo Mégane R.S sea el 1.8 turbo tetracilíndrico del nuevo Alpine A110.
El futuro Mégane R.S contará, en cualquier caso, con todos los elementos que hacen de un Renault un R.S. Se espera una decoración acorde al planteamiento deportivo del modelo y un interior diferenciado y equipado con los habituales buckets de Recaro. Todo ello combinará a la perfección con una parte ciclo a la altura de las circunstancias.
La nueva generación de este modelo podría ser el primer R.S en contar con el sistema de cuatro ruedas directrices 4Control, que añadiría un extra de agilidad y estabilidad a la hora de enlazar curvas. Desconocemos si Renault ha optado una vez más por una caja de cambios de doble embrague al igual que en el Clio o si, por el contrario, ha decidido mantener la transmisión manual como seña de identidad y elemento diferenciador dentro de un segmento que tiende cada vez más hacia las cajas automáticas.
Fuente: Renault