La revolución de Renault ha comenzado. Renault acaba de detallarnos cómo será su futuro, con novedades tan llamativas, e impactantes, como el regreso del Renault 5. Sí, el regreso del Renault 5. El nuevo Renault 5 será eléctrico, pero es tan solo la punta del iceberg de un proyecto mucho más amplio que pretende revitalizar el segmento C de la marca, aumentar su rentabilidad y apostar por una gama que, por decirlo de alguna forma, sea más sensata, minimizando las redundancias naturales del Grupo Renault y su alianza con Nissan. Ahora bien, la revolución de Renault prescindirá del diésel y llegará con una gama completamente electrificada.
Renault anuncia su revolución, electrificada y sin diésel
La presión de las normativas medioambientales ha hecho que los costes de desarrollo de motorizaciones se disparen, por la necesidad de los motores de combustión interna de implementar soluciones destinadas a reducir las emisiones y por la llegada de motorizaciones electrificadas, de todo tipo, más complejas y costosas, sobre todo por lo referente a las soluciones de almacenamiento de energía empleadas, baterías y pilas de combustible.
Renault 5
De ahí que Renault haya planificado una gama en la que la electrificación será la gran protagonista y la que dominará su oferta de producto. Una gama en la que el diésel pierde peso, hasta desaparecer, al menos en su catálogo de turismos.
Sin diésel y hacia una gama Renault electrificada en 2025
Actualmente, la gama Renault se compone de una oferta variada de motores diésel y gasolina, escalonada en diferentes tramos de cilindrada y potencia. También dispone de eléctricos, híbridos, e híbridos enchufables, que conforman un total de 8 familias de motores. En 2025, Renault espera que su oferta de motores se reduzca a 4 familias en las que, no obstante, habrá sitio para un rango de potencias y enfoques más amplio, entre los 45 y los 400 CV de potencia, frente al rango actual, que está entre los 60 y los 300 CV de potencia.
La apuesta por la electrificación de Renault tiene una consecuencia importante, el diésel desaparecerá de la gama de turismos Renault en 2025 y se limitará a su gama de vehículos comerciales. Su lugar lo ocupará una familia de motores gasolina electrificados que, bajo un diseño modular, albergará microhíbridos, híbridos completos e híbridos enchufables.
La guinda del pastel llegará con una gama de vehículos completamente eléctricos que debería suponer una quinta parte de sus ventas. Vehículos eléctricos que se articularán alrededor de dos tecnologías de almacenamiento energético, la pila de combustible (hidrógeno) y las baterías, y que dispondrá dos niveles bien diferenciados, en función del producto, para emplearse en eléctricos poco potentes y de enfoque urbano y eléctricos más potentes y deportivos, que llegarán hasta los 400 CV de potencia.
Una apuesta clara por el segmento compacto
Más allá de la estrategia de motorizaciones de Renault, y como os estamos contando estos días, el proyecto de la marca francesa es mucho más complejo y profundo. Su objetivo pasa por aumentar la rentabilidad y por recuperar el dominio del segmento C que en su día ostentaron los galos, con productos como las primeras generaciones de Mégane y Mégane Scénic.
El proyecto que nos ha dibujado Luca de Meo no podría ser más ambicioso. Renault espera que un 45% de las ventas de la marca en 2025 las cubran productos de los segmentos C y D (Mégane, Scénic, Kadjar, Koleos, Talisman), todos ellos con mecánicas que, en su totalidad, emplearán alguna suerte de electrificación (microhíbridos, híbridos, híbridos enchufables y completamente eléctricos). Y lo que es aún más llamativo, con este movimiento, y esta estrategia para potenciar los segmentos C y D, Renault espera que el precio medio de sus ventas se incremente en 5.000€ en 2023 y por encima de los 7.000€ en 2025, lo que garantizaría, necesariamente, un impulso importante a la rentabilidad por coche vendido y, por ende, de la marca, en los próximos años.
Más imágenes del anticipo del nuevo Renault 5: