Europa se la juega. Nos encontramos en los prolegómenos de una nueva era para el automóvil en nuestro continente. China ha sabido aprovechar la coyuntura, desarrollando una industria y un mercado del vehículo eléctrico local, así como generando una relación de dependencia, que ahora sufre la industria del automóvil europea, para conquistar el mercado con vehículos eléctricos con los que, a día de hoy, no pueden competir a nivel de precios las marcas occidentales.
El plan europeo para hacer frente a China
¿Está todo perdido? No necesariamente.
Las marcas europeas están preparando una respuesta que pasa, entre otras cosas, por ser capaces de ofrecer al cliente un coche eléctrico por 25.000 euros, e incluso por 20.000 euros, fabricado en territorio europeo.
El «coche del pueblo» europeo
Citroën – y por extensión Stellantis – ya nos ha desvelado sus cartas, con un Citroën ë-C3 que inicialmente llegará en 2024 a los concesionarios por 23.800 euros antes de aplicar cualquier ayuda, para disponer en 2025 de una versión aún más económica, por 20.490 euros, aunque con una autonomía bastante reducida, de solo 200 kilómetros.
Tan ambiciosos, o más, los planes de Renault, que el próximo año desvelará su nuevo Renault 5, un eléctrico de dimensiones contenidas, y aspecto retro, que debería llegar a los concesionarios con un precio de corte en el entorno de los 25.000 euros. Y eso no es todo. Renault ya nos ha desvelado un posible regreso del Renault Twingo, que debería llegar a los concesionarios con un precio de partida de 20.000 euros antes de ayudas.
Volkswagen también se encuentra inmersa en su propia carrera del coche eléctrico económico y confía en disponer de un compacto ID.2 por menos de 25.000 euros y un nuevo ID.1 por menos de 20.000 euros, siendo este especialmente importante para España, porque podría ser uno de los proyectos que generen más inversión en nuestro país, en desarrollo y producción, tanto para las fábricas de Navarra y Martorell, como para la gigafábrica de baterías de Sagunto.
Cuando la unión hace la fuerza
Aún más ambicioso el posible proyecto que ha surgido estos días y que, sin duda, sería la noticia del año, y me atrevería a decir que una de las noticias más relevantes para la industria europea en los últimos años. Aunque, de momento, y atendiéndonos a las informaciones publicadas por el diario alemán Handelsblatt, las conversaciones se encontrarían en en una fase muy temprana y muy lejos, por lo tanto, de materializarse en un acuerdo definitivo.
En Alemania se está apuntando a que Volkswagen estaría en conversaciones con diferentes fabricantes para unir fuerzas en el desarrollo de la plataforma para su eléctrico por menos de 20.000 euros. Entre esas marcas se encontraría Renault, según las fuentes del Handelsblatt, que reconocen que las conversaciones son aún «muy tempranas».
El Handelsblatt apuntaría también que desde Renault no se han reconocido estas conversaciones, pero sí que se encuentran hablando con diferentes fabricantes. Desde Volkswagen no habrían comentado al respecto.
El reto para la industria del automóvil en los próximos años
La unión de dos grandes fabricantes como Volkswagen y Renault en un proyecto tan importante como este, sin duda, sería un acontecimiento de gran calado para la industria europea. Pensemos que los objetivos que se han marcado ambos fabricantes para sus eléctricos económicos se sitúan en órdenes de cientos de miles de unidades producidas al año.
Pero tampoco debería sorprendernos. Volkswagen ya ha mostrado en numerosas ocasiones su intención de unir fuerzas, sobre todo en lo concerniente a las plataformas y tecnologías de vehículos eléctricos, para acelerar la amortización de la ingente inversión que está requiriendo la transición al eléctrico y ser más competitivos. Siendo sus acuerdos más recientes los firmados con Ford para compartir, entre otras cosas, su plataforma modular para vehículos eléctricos.
Habrá que seguir muy de cerca las informaciones que surjan en Europa, porque todo apunta a que la unión entre fabricantes occidentales para proyectos puntuales, con los que plantar cara a la industria china, y mantenerse competitivos, va a ser uno de los movimientos habituales en los próximos años.