En septiembre de 2021, comprar un coche nuevo costaba, de media, 20.229 euros. Según los datos de la Agencia Tributaria, en 2022 esa cifra ha crecido un 11% hasta los 22.739 euros. Este comportamiento ha hecho que los conductores se fijen en el mercado de segunda mano… sin demasiada esperanza. En septiembre de 2021 el precio medio para estos vehículos era, a tenor de los datos facilitados por Ganvam, de 15.100 euros: ahora es de 17.950 euros, es decir, un 19% más. El escenario no es el más adecuado para renovar el garaje particular, pero hay una vieja fórmula con la que es posible acceder a un coche de segunda mano evitando la inflación.
La subida de los precios y los tiempos de espera han llevado a muchos conductores a optar por el modelo del pago por uso. Y, ahora, el renting ha llegado a los coches de segunda mano ofreciendo modelos con una antigüedad media de tres o cuatro años: podemos encontrar coches seminuevos (con pocos kilómetros), kilómetro cero (seminuevos con pocos años de antigüedad y un kilometraje bajo) y de segunda mano.
Renting de coches de segunda mano
Estos últimos proceden del renting de coches nuevos: cuando su primer dueño lo devuelvo, amplían su vida útil aplicando esta fórmula de pago por uso. Al haber estado protegidos por un seguro a todo riesgo y tener todos los mantenimientos al día, se ha convertido en una opción de disponer de un coche en buenas condiciones por un precio asequible para buena parte de los bolsillos y, además, con disponibilidad inmediata.
Echando un vistazo a las empresas de renting que ofrecen vehículos de segunda mano, el modelo es, prácticamente, el mismo. Todos los modelos son sometidos a un proceso de mantenimiento para asegurar su buen funcionamiento en el que se revisan puntos sensibles como, por ejemplo, motor, frenos, suspensiones, neumáticos… y se cambian componentes como el aceite. A esto añaden su correspondiente sesión de limpieza interior y exterior.
Un renting casi igual que el tradicional
El renting de coches de segunda mano es casi igual que uno tradicional. Cada empresa tiene sus condiciones, pero, en general, no exigen entrada y la cuota mensual incluye todos los gastos vinculados a un vehículo: seguro a todo riesgo sin franquicia, asistencia en carretera, Impuesto de Circulación, ITV, mantenimiento, cambio de neumáticos… El plazo de prueba es de quince días o mil kilómetros (lo que antes suceda) y si se rompe y no se puede arreglar, te entregan otro modelo.
Hay, eso sí, diferencias que son clave. Una de ellas es la cantidad de la cuota mensual a pagar: cada coche tiene una oferta única. Los plazos también son distintos: el renting de coches de segunda mano se reduce a seis o doce meses y superado este plazo, el vehículo se puede devolver sin costes o comprar.
El 15% del mercado de renting
Desde Idoneo explican que el auge del renting tradicional ha propiciado la llegada del que se centra en modelos de segunda mano. Según sus estimaciones, esta fórmula se consolidará en pocos años hasta suponer un 15% de este mercado.
Una previsión que se basa en dos pilares: precio y disponibilidad. La inflación también se ha reflejado en el renting que ha vivido una subida similar que, ahora, se ha hecho extensible a estos modelos de segunda mano: antes, las ofertas de algunos modelos eran hasta un 30% más baratas que sus alternativas de nuevo. Aunque en los últimos meses esto ha cambiado, sigue siendo una opción más asequible a la hora de cambiar de coche.
A esto hay que añadir la flexibilidad en los tiempos de contratación y, sobre todo, la mayor disponibilidad de algunos modelos: hay conductores que no quieren o no pueden esperar cinco meses para tener coche.
El aumento de los plazos de entrega de los vehículos nuevos se ha dilatado debido a los parones que se han producido en la producción y distribución. Actualmente, según la citada empresa de renting, el tiempo medio de espera en mercados como España, Alemania, Francia o Italia es de seis meses para algunos modelos y de siete si son eléctricos, híbridos o híbridos enchufables.