Con el precio de la gasolina desorbitado desde hace dos años y medio y las crecientes preocupaciones medioambientales, traducidas en restricciones de movilidad para los coches potencialmente más contaminantes, son muchos los conductores que ya están buscando alternativas más económicas y no menos ecológicas (de hecho, son bastante más lógicas desde esa perspectiva) a la compra de un automóvil de nueva generación.
Una opción en auge es la conversión de vehículos con motor de gasolina a GLP (esto es Gas Licuado del Petróleo). Tal transformación puede ir acompañada o recibir después una reprogramación del propulsor para mejorar su rendimiento. El proceso, no exento de complejidad técnica, ofrece varios beneficios. Te los explico a continuación junto a su coste aproximado y otras consideraciones.
Conversión a GLP, ventajas y apreciaciones
La conversión de un coche de gasolina a GLP implica la instalación de un sistema dual que permite al vehículo funcionar tanto con gasolina como con gas. Tal transformación incluye un tanque de GLP, inyectores específicos, una centralita (ECU) adicional para gestionar la inyección de combustible y otros componentes. Además, no vale cualquier automóvil, así que cuidado con los más antiguos. Tienes más información en este post.
Beneficios
- Ahorro en combustible. El GLP es significativamente más barato que la gasolina, lo que se traduce en un ahorro muy considerable a largo plazo (en torno a un 40%).
- Reducción de emisiones. Los vehículos que funcionan con GLP emiten menos CO2 y otros gases contaminantes en comparación con los que usan gasolina en su motor.
- Mayor autonomía. Al tener dos sistemas de combustible, el coche puede recorrer más distancia sin necesidad de repostar. Normalmente, se superan los 1.000 km.
- Etiqueta ECO. Los vehículos que pueden moverse con gas reciben el distintivo ECO de la DGT, con las ventajas de movilidad que supone en grandes urbes españolas.
Apreciaciones
- Coste inicial. La instalación y su homologación cuesta unos 2.000 € dependiendo del tipo de propulsor, del taller y otras variables. Es una inversión considerable, pero puede ser amortizada con el ahorro en combustible en unos pocos años.
- Espacio en el vehículo. El depósito de GLP ocupa volumen adicional, generalmente en el maletero (suele instalarse en la zona posterior), lo que puede resultar en un inconveniente para los usuarios con grandes necesidades de almacenamiento.
- Mantenimiento. El sistema de GLP requiere un mantenimiento periódico específico, además de obligatorio, para asegurar su correcto funcionamiento y seguridad. Esta revisión es complementaria a la del resto de componentes mecánicos del coche.
Reprogramación del motor, ¿para qué sirve?
La reprogramación de la ECU (es decir, la unidad de control electrónica del impulsor) es un proceso mediante el cual se modifican los parámetros del software que gestiona el propulsor. Esto resulta en un aumento de la potencia y del par motor disponibles, así como en una optimización del gasto de combustible, que no tiene porqué aumentar, con su consecuente efecto sobre las emisiones.
Beneficios
- Incremento de las prestaciones. Una «repro» básica en Stage 1 (la más segura, por la que no se modifican componentes mecánicos) mejora significativamente tanto la respuesta como el rendimiento con base en un aumento del par y su disponibilidad durante un mayor rango de revoluciones por minuto (régimen de giro del cigüeñal).
- Optimización del consumo. Mejora (o al menos no merma) la eficiencia del motor en determinadas condiciones de conducción, generalmente aquellas en las que se mantiene el menor régimen posible de forma sostenida (por ejemplo, en trayectos por autovía, sin tráfico y con la relación de transmisión más alta entre las elegibles).
Apreciaciones
- Legalidad. Es crucial que la reprogramación que se efectue cumpla con la norma de emisiones con la que se homologó el coche y sea legal en el país donde se realice. En España, cualquier modificación debe certificarse y pasar inspección en una ITV.
- Fiabilidad. Se está trabajando con márgenes de tolerancia. Una operación de esta naturaleza mal realizada puede dañar el motor o reducir su vida útil. Es esencial que sea llevada a cabo por profesionales cualificados y con experiencia acreditada.
- Precio. Una reprogramación cuesta, de media, cerca de 500 euros, aunque esto va a depender del modelo de automóvil, del motor (se obtienen mayores resultados con los turboalimentados) y del tipo de modificación requerida por el consumidor.
Las consideraciones del tándem GLP + «repro», una opción con más pros que contras
Al combinar la conversión a GLP con una reprogramación del motor en un automóvil que originalmente se movía única y exclusivamente con gasolina se deben tener en cuenta varios factores entre los que destacan la compatibilidad, el profesionalismo y la garantía del especialista, así como la homologación de ambas modificaciones, que requieren de multitud de procedimientos técnicos y algunos trámites burocráticos.
Por un lado, la «repro» debe ser compatible con el sistema GLP instalado. Los ajustes del propulsor deben considerar las diferencias en la combustión con cada uno de los carburantes y las diferentes propiedades del GLP frente a la gasolina (sobre todo su capacidad explosiva). Por el otro, los profesionales a cargo de estas reformas deben garantizar la seguridad y el óptimo funcionamiento del coche en toda circunstancia.
Si ambas cumplen con las normativas actuales y son aprobadas desde un punto de vista legal (de lo contrario, el propietario del automóvil se expone a costosas multas), se obtiene un vehículo más prestacional, pero con las ventajas de la etiqueta ECO y capaz de ahorrar cada vez que se usa con base en un producto más barato y que, por si era poco, contribuye al medio ambiente con menos emisiones de gases contaminantes.
