En los últimos días los conductores de Madrid hemos tenido que afrontar dos situaciones que, aparentemente, deberían estar relacionadas. La primera, la entrada en vigor de Madrid Central, un plan del Ayuntamiento de Madrid que restringía el tráfico en el centro de la ciudad, permanentemente, a residentes, coches con la consideración de ser poco contaminantes, y casos excepcionales, como el transporte público. Apenas unos días más tarde, Madrid afronta un episodio de alta contaminación que ha llevado a activar, por primera vez, el escenario 2 del nuevo plan anticontaminación de la capital. ¿Por qué, a pesar de restricciones a diésel y gasolina, sigue habiendo alertas de contaminación en Madrid?
Madrid Central, restricciones a diésel y gasolina, y la contaminación
Huelga decir que el objetivo de Madrid Central no es únicamente el de reducir la contaminación, sino también el de despejar de tráfico la zona central de la ciudad, y disuadir a los conductores de que utilicen algunas de sus calles para cruzar la ciudad. Pero, evidentemente, la contaminación es una de las razones fundamentales para establecer este área restringida, que el propio Ayuntamiento denomina Zona de Bajas Emisiones Madrid Central.
Ahora bien, existe un problema fundamental que es el que lleva a que, a pesar de haber restringido el tráfico a vehículos ECO, Cero Emisiones, y excepciones, en esta zona del centro de Madrid, sigan produciéndose alertas de contaminación en Madrid. Para lanzar una alerta por contaminación, y activar un escenario de medidas para resolverlo, no solo se tienen en consideración los sistemas de medición de contaminantes de las áreas afectadas por las restricciones de Madrid Central, ni tampoco las adyacentes, sino las que están distribuidas por toda la ciudad.
El NO2, que generalmente se atribuye al diésel, el gran problema
El día 10 de diciembre al menos 3 estaciones superaron concentraciones de 200 µg/m3 de NO2 durante 3 horas seguidas, lo que llevó al Ayuntamiento de Madrid a mantener el escenario 2. Las estaciones que superaron estas concentraciones, durante un tiempo más prolongado, fueron precisamente las de la periferia, en zonas como Arturo Soria, Barajas Pueblo, Barrio del Pilar, Ensanche de Vallecas, Urbanización Embajada, Plaza Fernández Ladreda y Sanchinarro.
Si bien es cierto, también se superaron concentraciones medias diarias superiores a los umbrales seguros para la salud (superiores a 40 µg/m3) en algún puesto de medición en el área de Madrid Central, el caso de Plaza del Carmen (44 µg/m3), y adyacentes, como Plaza de España (42 µg/m3). En cualquier caso, el escenario 2, y las restricciones al tráfico, vienen derivadas de las concentraciones que se registraron en la periferia de la capital. Ver boletín diario de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid.
La meteorología y los episodios de alta contaminación
Por último está la cuestión meteorológica. La meteorología juega un papel fundamental en la formación de un episodio de alta contaminación, puesto que favorece, o impide, que se dispersen los contaminantes. La falta de lluvia, y viento, facilita que se acumulen los contaminantes en el aire de la ciudad hasta llegar a concentraciones superiores a las establecidas en los umbrales que determinan un episodio de alta contaminación.
Cuando se produce un episodio de alta contaminación su resolución ya no solo depende de que las restricciones al tráfico sean efectivas, sino también del factor meteorológico. Esa fue la razón por la cual en la mañana de ayer, martes, el Ayuntamiento de Madrid anticipó que hoy habría restricciones más severas.
La reducción del tráfico en las zonas de Madrid Central es una evidencia, no es discutible. Que esa reducción del tráfico contribuye a reducir la contaminación en el área de Madrid Central es poco menos que una perogrullada. Una de las críticas que ha recibido el Ayuntamiento de Madrid ha sido la de determinar cómo afectarán esas restricciones al tráfico del resto de la ciudad, y sobre todo a las calles adyacentes. De manera que la consecuencia pueda ser que el tráfico, y por ende la contaminación, se traslade a otros barrios, o que incluso la contaminación global en la ciudad, por las consecuencias para el tráfico de las restricciones, se incremente. Pero para analizar si se ha producido este efecto mucho nos tememos que no bastará con el análisis de las estaciones de medición de la ciudad, sino que requeriría un análisis mucho más riguroso.