El 89,8% de los coches que circulan por las calles y carreteras de España no tienen pegatina, cuentan con la etiqueta C o con la B. Si a esto sumamos las nuevas Zonas de Bajas Emisiones que llegarán en 2023 el resultado es que buena parte de los vehículos de nuestro país se enfrentarán a restricciones que limitaran su circulación… y que no sólo afectarán a los modelos más contaminantes: ¿deberías preocuparte si tienes un coche con la etiqueta B o C?
A partir de 2023 cambiará el panorama tanto para las localidades españolas con más de 50.000 habitantes como para las que tengan más de 20.000 y superen los límites de emisiones contaminantes. ¿La razón? Obligatoriamente tendrán que contar con una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) cuya circulación estará restringida o limitada para los modelos más contaminantes.
El objetivo del Real Decreto elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico para por diseñar un marco común para todas esas ZBE ya que serán los ayuntamientos quienes establezcan las normas de las mismas cumpliendo, siempre, con los requisitos mínimos establecidos por la ley general.
Vehículos A, B y C
Una de esas condiciones será respetar la prioridad de las formas de transporte que, de menor a mayor, será: peatón, bicicleta, transporte público, vehículos con alta ocupación y movilidad compartida y vehículos particulares. A esto se suma la puntualización que el citado texto público hace sobre los modelos que estarán en el punto de mira de las limitaciones: “Las prohibiciones o restricciones de acceso afectarán prioritariamente a los vehículos con más potencial contaminante como son los vehículos A y, progresivamente, a los vehículos B y C”.
Los coches sin distintivo no son los únicos que van a tener que acostumbrarse a los límites. No en vano, en algunas ciudades donde las ZBE ya están en marcha también se han activado las restricciones para aquellos coches B que no están empadronados en esas localidades y que no forman parte de las excepciones.
Cabe recordar que los vehículos con el distintivo B son aquellos modelos de gasolina matriculados entre el 1 de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2005 además de los diésel matriculados entre 2006 y 2013. Según los datos de la Dirección General de Tráfico representan el 32,6% (8 millones) del parque automovilístico español. La etiqueta C es para los coches de gasolina matriculados desde enero de 2006 y para los diésel matriculados desde 2014: en este caso suponen el 32,3% (7,9 millones).
Madrid y Barcelona
¿Hay razones para preocuparse? Lo cierto es que sí: sobre todo para aquellos conductores que viven en Madrid y en Barcelona, las ciudades que, de la mano de sus ZBE, han comenzado a limitar la circulación de los modelos más contaminantes (distintivo A) y también de los vehículos englobados dentro de las categorías B y C.
Estos últimos sólo pueden acceder a la Zona de Bajas Emisiones de la capital, denominada Distrito Centro, si van a aparcar en un parking público o privado, si tienen reserva de estacionamiento o si el propietario esté empadronado en Distrito Centro y su vehículo domiciliado en Madrid: ya no es posible estacionar en las plazas azules y verdes de la Zona SER.
La multa por incumplir esta norma será de 90 euros… si nada cambia. La Ley de Tráfico que entró en vigor en marzo de 2022 estable una sanción económica de 200 euros para aquellos que no respeten las restricciones de las ZBE aunque da potestad a cada ayuntamiento para elegir la cuantía que crea necesaria.
En el caso de la Ciudad Condal, la Zona de Bajas Emisiones incluye tanto a Barcelona como al Área Metropolitana, donde se encuentra parte de los municipios de la periferia. Aunque el objetivo era restringir la circulación a los vehículos con etiqueta B desde enero de 2022, la decisión se ha pospuesto: de momento las limitaciones únicamente afectan a los modelos sin distintivo de 7:00 a 20:00 horas y de lunes a viernes.
