El RR01, como se llama el modelo, viene de la mano de la empresa Rhino Racing para presentarse como el superdeportivo más barato del mercado, aunque la cosa tiene truco, o mejor dicho, dos trucos.
Hecho para el circuito, homologado para la calle
Estamos hablando del primer supercoche fabricado en Lituania y cuesta 35.000€. Nada mal teniendo en cuenta el precio de los coches de hoy día. ¿Cómo es tan barato? Vamos a desvelar el truco número 1: Cuando compras el coche, te lo envían como un Kit Car.
Eso quiere decir que te lo dejan en la puerta de casa, dentro de un gigantesco cajón lleno de piezas que tienes que montar con tus propias manos, como si de un lego se tratara. Suena divertido, ¿verdad?
El truco número 2
El coche se vende sin motor.
Puede sonar alarmante, pero esa es la esencia de este Kit Car, porque su configuración, según dice la compañía, permite montar en él casi cualquier motor y transmisión existente. Aunque no dudo al pensar que más de una adaptación habrá que hacer.
En cualquier caso, si no te sobra un motor 2JZ, un RB26 o el viejo motor LS de la camioneta del abuelo ya ha cogido demasiado óxido, los de Rhino Racing te pueden suministrar un V10 5.2 atmosférico que encajará perfectamente en la criatura. Por supuesto, tendrás que montarlo tú en el coche.
Efectivamente, este motor es el mismo equipa el Audi R8, aunque se ha reconstruido por completo y limitado la potencia a 480cv para garantizar una mejor durabilidad. Cosa de la que no nos podríamos quejar mucho si pensamos que el conjunto total son 1.100kg.
Los extras se pagan
El precio base son los 35.000€ mencionados. Si quieres el motor que suministra la marca, tendrás que abonar otros 36.500€. A parte, puedes añadir una serie de mejoras adicionales como llantas, sistema de escape mejorado, frenos mejorados, electrónica, o elementos del interior entre otras cosas. Todos estos extras juntos tienen un valor total de 21.200€.
De manera que el precio final quedaría en 92.700€ (antes de impuestos probablemente). Tendríamos que añadir también los gastos de transporte y homologación (que aún no sabemos si sería factible en España) y no estamos contando con la inversión previa en espacio, herramientas y horas para trabajar en él.
Como conclusión, este coche está pensado para ser una experiencia durante el proceso de ensamblaje. La marca quiere que disfrutes de ese proceso, aunque no sea lo más lógico de cara a estrenar un coche nuevo. Porque no es un coche para ir a la panadería, es un “tracktool” que dará mucho que hablar cuando vayas al circuito y que, además, te dará la oportunidad de decir: “Lo he montado con estas manitas”.