Absurdo e innecesario. Nadie necesita ir a 275 km/h marcha atrás, ni tampoco a 120 km/h. Alcanzar tales velocidades marcha atrás en un coche no tiene ninguna aplicación práctica. ¿Pero por qué no hacerlo si crees que un coche es capaz de conseguirlo? ¿Por qué no protagonizar una hazaña tan divertida como esta y entrar en el libro Guinness World Records?
El récord de velocidad de un coche marcha atrás
Al llegar a este punto seguro que ya habrás comenzado a imaginarte las dificultades, e impedimentos, que existen para que un coche pueda circular a esta velocidad marcha atrás. Si profundizamos en ello, nos encontraremos con algunos problemas añadidos que inicialmente no eran tan evidentes.
Dicen sus creadores que en 1967 el Lamborghini Miura se convirtió en el coche más rápido de producción sobre la faz de la Tierra alcanzando los 274 km/h. Hoy el Rimac Nevera ha conseguido superar esa velocidad, alcanzando los 275,74 km/h, eso sí, marcha atrás.
Un coche «caza récords»
En su nota de prensa Rimac asegura que la idea de batir un récord de velocidad circulando marcha atrás surgió durante el desarrollo de su flamante superdeportivo eléctrico, irónicamente con nombre de electrodoméstico, el Rimac Nevera. Entre los récords del Nevera, un deportivo eléctrico de 1.914 CV de potencia, un enorme listado de hitos en aceleración, en aceleración y frenada, en recuperación, y la vuelta rápida para eléctricos en Nürburgring.
A diferencia de los automóviles tal y como los entendíamos ahora, con una transmisión diseñada para disponer de una marcha atrás suficiente para maniobrar, y unas marchas que ajustan la velocidad de rotación, con respecto a las revoluciones del motor, para que ese par sea aprovechable en las diferentes circunstancias posibles, algunos vehículos eléctricos, aunque no todos, como el Rimac Nevera, prescinden de caja de cambios y engranajes que impongan limitaciones.
Alguien de Rimac se percató de que, técnicamente, el Nevera podría ser tan rápido circulando marcha atrás como lo fuera hacia delante. Y lo que comenzó como una broma se ha acabado convirtiendo en un récord Guinness. Eso sí, aún había otras muchas dificultades que sopesar.
No hay… narices
Durante el desarrollo Rimac estimó que, según las simulaciones, el Nevera podría circular a unos 241 km/h marcha atrás. Pero entonces surgía un problema añadido. 241 km/h es una velocidad muy elevada para cualquier automóvil, muy superior a la que alcanzan la mayoría de los coches que vemos por la calle. Un deportivo como el Nevera ha sido pensado, en toda su extensión, para circular a grandes velocidades hacia delante, pero no marcha atrás. ¿Hasta qué velocidad sería estable el Rimac Nevera circulando marcha atrás?
Otro problema añadido es el del tacto y concentración que ha de mantener el piloto encargado del experimento, para mantener la dirección recta y evitar cualquier movimiento inesperado que no solo podría llevar al traste la prueba, sino también poner en peligro su vida. Y a la vez, observar por el retrovisor el punto de frenada y, de reojo, el velocímetro.
Finalmente, Goran Drndak, piloto de pruebas de Rimac, consiguió llevar al Nevera a 275,74 km/h marcha atrás y anotar un nuevo récord para este deportivo. Goran trata de describir la experiencia como a una «sensación muy parecida a la que tienes normalmente en frenadas muy intensas», sintiendo que algo «empuja tu cuello hacia delante».