No es ningún secreto que Elon Musk le ha bailado las aguas a Donald Trump en el pasado, tanto como presidente como fuera de la Casa Blanca – y que sería un apoyo importante para las elecciones de Estados Unidos dentro de unos meses. El apoyo de Musk a uno de los dirigentes mundiales que más polémica han causado en los últimos diez años, por no decir el que más teniendo en cuenta el control que supone la presidencia de EEUU, ha tenido represalias para la marca Tesla en otras partes del mundo.
El gigante de la farmacia Rossmann condena el apoyo de Musk a Trump
El grupo farmacéutico Rossmann, que cuenta con 800 vehículos en su flota de los cuales 34 son modelos de Tesla, ha anunciado el pasado 6 de agosto en un comunicado que no va a comprar más modelos eléctricos de la firma norteamericana. El motivo de ello ha sido el apoyo de Musk a Trump, quien ha cargado en más de una ocasión contra el cambio climático, asegurando que se trataba de una farsa pese a las evidencias científicas que surgen día sí y día también.
«Elon Musk no oculta su apoyo a Donald Trump. Trump ha descrito el cambio climático como un engaño. Esta actitud es totalmente contraria a la misión de Tesla de contribuir a la protección medioambiental a través de la producción de coches eléctricos» afirma en el comunicado Raoul Rossmann, portavoz de la dirección e hijo del fundador Dirk Rossmann. Un imperio con 4.700 tiendas a lo largo y ancho de Europa, con más de 62.000 empleados en la actualidad (Automotive News Europe).
Aunque Rossmann ha asegurado que no va a comprar más unidades de Tesla, los 34 que tienen en la actualidad en su flota se mantendrán por el momento por cuestiones de sostenibilidad y conservación de recursos. Lo que sí que harán a raíz de esta decisión política y medioambiental será contar con marcas rivales a Tesla a la hora de renovar su flota con más modelos eléctricos, teniendo en cuenta que cada año adquieren para su flota unos 180 coches nuevos.
Rossmann no es la única empresa que ha decidido alejarse de Tesla en tiempos recientes, aunque por otros motivos. Los precios fluctuantes en Europa han complicado la gestión de flotas, de manera que la empresa de alquiler Sixt ha decidido no ofrecer Tesla a sus empleados. La misma decisión ha tomado otro gigante en Alemania, la empresa de software SAP.