Los coches y la tecnología forman un tándem único e inseparable que hace que cada año los vehículos sean diferentes al anterior. La alta competición suele ser el lugar donde la tecnología da el primer paso antes de llegar a los usuarios finales. Y una nueva tecnología, concretamente relacionada con las ruedas y el terreno, podría empezar a convertirse en algo cada vez más común, en competición, y también fuera de ella.
Las ruedas campeonas del mundo… de gravel
Estas ruedas han pasado a ser noticia por haber sido las utilizadas por Marianne Vos para conquistar el Campeonato del Mundo de Gravel. Para los menos cercanos al ciclismo, el gravel es una disciplina que combina recorridos exigentes por diferentes terrenos, incluyendo zonas off-road, de larga distancia. No se utilizan bicis de montaña, sino bicicletas cercanas a los modelos de carretera.
Es una especie de ciclismo definitivo donde el participante debe ser bueno en todas las disciplinas. Y por ello también en este Campeonato del Mundo se ha convertido en habitual probar las últimas tecnologías en bicicletas. Uno de esos casos es el de las ruedas Gravaa KAPS con las que Marianne Vos se ha convertido en campeona del mundo de gravel.
Ruedas de presión variable, por 4.000 euros
Las ruedas Gravaa KAPS han traído de vuelta al ciclismo profesional una tecnología que ya estuvo presente en el 2022 y parecía no haber tenido mucha relevancia. Se trata de la posibilidad de cambiar la presión de las ruedas a lo largo de la carrera.
Ya se probó equipando pequeñas bombonas de CO2 en el buje de la rueda con las que se podía modificar la presión de las ruedas. Esto tenía un uso limitado. Y los ciclistas consideraron que no ofrecían suficiente mejora.
Sin embargo, las Gravaa KAPS son algo diferentes. Y es que cuentan con un sistema de compresión integrado en el buje, que aprovecha el movimiento de las ruedas para ir comprimiendo aire. Así, no requiere de una bombona de CO2 de capacidad limitada, sino que con el propio movimiento puede generar compresión. Cada kilómetro recorrido proporciona una presión equivalente a 0,8 bares. Eso sí, cuestan 4.000 euros.
Marianne Vos ha podido hacer uso de este sistema para modificar la presión de los neumáticos en cualquier momento, al estar conectado este sistema al neumático por medio de un conducto que va unido a uno de los radios de la rueda hasta la válvula de aire.
La capacidad de las ruedas para adaptarse al terreno: una genialidad 4×4
Esta tecnología ha brillado de forma especial en el Campeonato del Mundo de Gravel precisamente por el hecho de que se atraviesan diferentes terrenos, y en cada uno es más beneficioso contar con un nivel de presión u otro. La ciclista holandesa podía bajar la presión desde los puños de su bici para conseguir que los neumáticos tuvieran más tracción en terrenos off-road, y a la vez subir la presión en los tramos donde rodar a alta velocidad para reducir la superficie en contacto con el terreno.
Esta misma capacidad de adaptar la presión de los neumáticos es una genialidad en el mundo de los coches, sobre todo al hablar de un uso 4×4. Y es que en la misma línea podría rebajarse la presión para que los neumáticos de un coche todoterreno pudiera tener mayor tracción y superar obstáculos en terrenos no asfaltados y muy sueltos, y a la vez volver a subirla al salir al volver al asfalto o a los caminos preparados.
Ya existen kits específicos para uso 4×4 para poder controlar la presión de los neumáticos en estas situaciones. Pero marcas como Michelin y Goodyear están trabajando en neumáticos inteligentes que puedan ajustar la presión automáticamente según el tipo de terreno. Los sistemas de inflado y desinflado automáticos podrían ser controlados por sensores que detectan las condiciones del suelo, o incluso ser manejados manualmente por el conductor.
Más seguridad y rendimiento al conducir
Poder modificar la presión de los neumáticos en cualquier momento no solo sería interesante en uso off-road, sino también para conseguir una mayor seguridad al realizar desplazamientos en el día a día o viajes por carretera con un turismo. Según las condiciones climáticas o el estado de la carretera, contar con un nivel de presión u otro podría mejorar el confort al conducir o el rendimiento y eficiencia, lo que afectaría incluso al consumo.
También puede evitar que un pinchazo nos haga perder el control del vehículo al evitar la caída repentina de presión de la rueda, permitiéndonos llegar a un lugar seguro.
Y hasta podría evitar la necesidad de que el conductor regule la presión de los neumáticos de forma manual cuando pase de llevar el coche muy vacío a llevarlo lleno y con mucho peso en el maletero.
Una tecnología demonizada en la F1
Mientras que en el ciclismo y los coches esta tecnología se percibe como un avance, en el mundo de la Fórmula 1 ha generado polémica. Cualquier modificación intencionada en la presión de los neumáticos durante una carrera ha sido considerada una ventaja injusta, y está prohibida por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo). La capacidad de ajustar la presión en las ruedas podría ofrecer una ventaja significativa en las curvas o durante los cambios climáticos repentinos, factores decisivos en las carreras de alta velocidad.
De hecho, la FIA ha implementado controles estrictos para asegurar que los equipos no utilicen sistemas ocultos que alteren la presión de los neumáticos durante una carrera. En varias ocasiones, se ha cuestionado si ciertos equipos estaban respetando las regulaciones sobre la presión mínima de los neumáticos, lo que ha generado controversias y sanciones. Actualmente los monoplazas cuentan con monitorización de presión de los neumáticos que es supervisada por la FIA, lo que limita que los equipos hagan uso de esta tecnología.
El uso de esta tecnología habría aprovechado que la presión baja en los neumáticos aumenta la superficie del neumático en contacto con la pista, aumentando el agarre y mejorando el paso por curva. Pero también se relacionó con falta de seguridad y algunos accidentes que llevaron a que la FIA estableciera una normativa más restrictiva.
Aun así, una tecnología de modificación de presión de neumáticos bien utilizada podría aportar muchas ventajas en el uso diario y los viajes por carretera, así como al recorrer rutas fuera del asfalto.