Me confieso, soy un enamorado del impresionante RUF CTR, conocido como «Yellowbird». En mis retinas está grabado a fuego el impresionante vídeo en el que Stefan Rosser pilota una unidad al límite en un Nürburgring casi desierto – uno de los vídeos que desató la actual fascinación mundial por el ‘Ring. Que un RUF CTR de los años ochenta se ponga a la venta es noticia. Es el único ejemplar pintado en color RS Mint Green y ha sido disfrutado: ¡tiene 197.000 km en el odómetro! Así es este RUF CTR tan especial.
La filosofía de fabricantes como Lotus era «quítame un kilo antes de darme un caballo». En las instalaciones de RUF en Pfaffenhausen, la filosofía es otra: «quítame un kilo mientras me das un caballo». Unida a unas capacidades de ingeniería de primer nivel, dieron como resultado maravillas como el RUF CTR, posiblemente el Porsche 911 air-cooled definitivo. Si a estas alturas no conoces a los RUF CTR, no tengo claro que estés en la web adecuada, quizá estabas buscando una máquina para hacer pan, o dinosaurios en miniatura.
Te podemos dar una oportunidad, mientras los demás disfrutamos una vez más de las especificaciones de tan maravillosa máquina. RUF usaba como base un simple Porsche 911 Carrera, en vez de un Porsche 930 Turbo. La razón era que Alois Ruf consideraba que el motor de los 930 era demasiado pesado. A este propulsor se le reforzaban sus componentes internos, se le dotaba de un sistema mejorado de inyección de combustible Bosch Motronic y se le instalaban dos turbocompresores BorgWarner K26.
Además, su sistema de encendido procedía del Porsche 962 de competición. Además de dos intercooler, se le instalaron válvulas de descarga en los turbos, cuyo sonido recordaba al canto de un canario. Unido a su color amarillo, es sencillo ver por qué fueron apodados «Yellowbird». El resultado de estas extensas modificaciones mecánicas fue una potencia declarada de 469 CV, con un par máximo de 553 Nm, imbuidos en un carrocería aligerada a un nivel incluso superior a los Porsche 911 Clubsport de fábrica.
Se instalaron paneles de aluminio en su carrocería y los paragolpes fueron construidos en fibra de vidrio. El interior fue desprovisto de florituras o de equipamiento de confort, instalándose una jaula antivuelco y baquets ligeros en vez de asientos deportivos. El peso final del coche era de sólo 1.150 kilos, con una mareante relación peso-potencia. Curiosamente, la única caja de cambios capaz de soportar el par motor del RUF CTR era la unidad de cuatro relaciones del Porsche 930 Turbo.
RUF quería utilizar una caja de cinco relaciones, y en vez de reforzar la caja de los 911 Carrera, optó por diseñar de cero una unidad completamente nueva, con un completo control de las relaciones de cambio. La guinda del pastel la pusieron unas llantas Speedline de 17 pulgadas en las que se instalaron neumáticos Dunlop Denloc y un equipo de frenado firmado por Brembo con discos de freno de 330 mm de diámetro. Aunque es un coche concebido hace 30 años, sus prestaciones siguen siendo hoy en día impresionantes.
Hacía el 0 a 160 km/h en sólo 7,1 segundos, el 0 a 200 km/h en 10,5 segundos y fue capaz de alcanzar una velocidad punta de 342 km/h en el circuito italiano de Nardò. En 2004, asombró a propios y extraños en una prueba de aceleración y frenada – concretamente un 0-160-0 km/h – llevada a cabo por Autocar, en la que mantuvo el tipo ante superdeportivos modernos. El Porsche 959 sólo le superaba en el 0 a 100 km/h, gracias a la ventaja que le otorgaba su sistema de tracción integral permanente.
El ejemplar que RM Sotheby’s subastará en París es una unidad convertida a partir de un vehículo de un cliente. Era un Porsche 911 Carrera 3.2 pintado en color Guards Red de origen alemán, que solicitó la conversión a RUF CTR en el año 1991. La peculiaridad es que solicitó que el coche fuera pintado en color RS Mint Green, el mismo que llevaban los Porsche 964 Carrera RS de la época. El coche permaneció en Europa dos años más, y fue entonces exportado a Japón, donde pasaría los siguientes 12 años, volviendo a Europa en 2015.
Volvió en concreto a Noruega, donde fue adquirido y restaurado a nivel mecánico. También fue extensamente revisado por RUF. Por suerte, no ha sido una reina de garaje. Esta maravillosa unidad acumula en su chasis 197.000 kilómetros, una cifra que no resulta exagerada ni ilógica teniendo en cuenta su edad. Se espera que su valor alcance los 325.000 euros cuando sea subastado en París en febrero. Sólo necesito multiplicar por 300 el saldo de mi cuenta corriente. ¿Me dará tiempo?