El Renault Mégane R.S. es la versión más especial del compacto de Renault. Su enésima evolución llegó hace unos meses, incluso hicimos una prueba del Renault Mégane R.S. y, tras ella, ahora arranca la producción de su variante más deportiva, bautizada como Renault Mégane R.S Trophy, con la intención de convertirse en referencia de un segmento, el de los compactos deportivos, cada vez más competido.
La cuarta generación del Renault Mégane R.S está precedida de un aura de pionero que nunca antes había tenido. De hecho, esta edición es la primera que puede contar con un cambio automático (de doble embrague y siete relaciones), siendo también la primera que no podrá escogerse con carrocería de tres puertas.
Renault Mégane
Tras el lanzamiento de la versión «normal» con 280 CV extraídos de su motor 1.8 TCe, los chicos de Renault ya adelantaron en su momento que estaban trabajando en una variante más deportiva, la Trophy, que por fin ha visto la luz, coronándose como la alternativa más prestacional, más dinámica y más radical de todas las que están disponibles.
El Renault Mégane R.S Trophy apuesta por el rendimiento
Estéticamente las diferencias no son excesivas, ya que el Renault Mégane R.S Trophy mantiene todo el pack de carrocería de los Renault Mégane R.S «normales», con paragolpes específicos, aletas ensanchadas y detalles como molduras y taloneras exclusivas. Para esta versión Trophy Renault ha tenido a bien diseñar unas llantas de aleación de 19″ con detalles en rojo, con el fin de enfatizar la deportividad del conjunto.
En el interior tampoco hay diferencias, aunque en esta versión tope los asientos de serie ya están firmados por Recaro y tapizados en alcántara, en forma de semibacket con el que redondear un interior plagado de detalles en color rojo en costuras, instrumentación, volante y otros elementos como puertas o forros textiles.
300 cv y diferencial autoblocante: las dos señas de identidad del Renault Mégane R.S Trophy
Si en algo difiere el Renault Mégane R.S Trophy respecto al resto de la gama R.S es por su componente mecánica. El conocido propulsor 1.8 TCe que encontramos en otros modelos como el Alpine A110 o incluso la Renault Espace aumenta su potencia aún más, pasando de los 280 CV del Mégane R.S a la mágica y psicológica cifra de 300 CV.
Se asocia a una caja automática EDC de 7 relaciones o a una transmisión manual de 6 relaciones que, a su vez, incluye de serie un diferencial autoblocante Torsen gracias a la presencia, sin sobrecoste, del chasis Cup, que incluye además amortiguadores más rígidos con topes hidráulicos de compresión así como un equipo de frenos con discos delanteros bicomponente con pinza rígida de 4 pistones, todo ello firmado por el especialista Brembo.
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