«Una nueva herramienta para combatir el cambio climático que puede tener un impacto prácticamente inmediato». Así define Carlos Tavares, CEO de Stellantis, a los combustibles sintéticos neutrales, también conocidos por términos que – personalmente – me gustan menos como electrocombustibles o e-fuels.
La industria (y los legisladores de la Unión Europea) parecen estar completamente volcados en una transición eléctrica de la industria del automóvil que pasa, necesariamente, por sustituir los coches diésel y gasolina presentes hoy en el parque de automóviles, por eléctricos. Y no siempre parece preocuparse por aquellos coches que, nos guste o no, seguirán utilizando combustibles y en circulación mucho más allá de 2035, probablemente durante décadas.
Stellantis anunciaba estos días que están probando, con resultados aparentemente satisfactorios, 28 familias de motores – tanto diésel, como gasolina – construidas entre 2014 y 2019, empleando combustibles sintéticos neutrales y tratando de asegurar que estos funcionan adecuadamente y validando que no generan problemas, ni averías.
Alternativas neutrales a diésel y gasolina
En el proceso de validación seguido por Stellantis para probar alternativas neutrales a diésel y gasolina se destacan los protocolos que se centran en los siguientes aspectos:
- Pruebas sobre las emisiones en el tubo de escape
- Capacidad de arranque
- Potencia entregada por el motor
- Resistencia de la fiabilidad
- Dilución del aceite
- Depósito de combustible
- Conductos de combustible
- Filtros
- Otras pruebas y validaciones sobre sistemas que no ha detallado Stellantis
El objetivo de estas validaciones y, en última instancia, de Stellantis, es conseguir que estos combustibles sintéticos neutrales puedan emplearse en motores diésel y gasolina que no han sido diseñados específicamente para ello y, sobre todo, que puedan hacerlo en condiciones de seguridad, preservando la fiabilidad del motor y sin requerir adaptaciones, ni modificaciones. Según Stellantis, si empleasen estos combustibles los 28 millones de vehículos en circulación de las marcas del grupo, se ahorraría la emisión de 400 millones de toneladas de CO2 desde 2025 hasta 2050.
Buscando alternativas al diésel y la gasolina
En este punto es importante destacar que Stellantis no parece, de momento, ser una de las marcas que esté apostando por comercializar motores diésel, gasolina y de combustión interna – y neutral – más allá de 2035. De hecho, su objetivo es comercializar única y exclusivamente turismos eléctricos mucho antes. Los objetivos de electrificación más ambiciosos de Stellantis serían los de DS Automobiles, que solo venderá eléctricos antes de que termine esta década, y Opel, que en 2028 solo venderá coches eléctricos.
Por otro lado, Citroën, Opel y Peugeot incorporarán muy pronto a su gama los nuevos motores micro-híbridos, con los que podrán ofrecer nuevas versiones con etiqueta ECO en su gama.