Mazda pretende revolucionar el motor de combustión interna, algo que promete conseguir en los próximos años con los motores gasolina SPCCI anunciando incluso que estos motores serán capaces de contaminar menos que un coche eléctrico. Con la experiencia del NEDC las sospechas sobre cómo conseguir esos bajos consumos están ahí, pero Mazda ya ha adelantado que han conseguido optimizar los nuevos motores tanto como para ser mucho más eficientes en todo tipo de usos y revoluciones.
Sí, estas promesas ya nos suenan de otros fabricantes y épocas, encontrando que tras esos consumos reducidos se esconden artimañas como el uso de la marcha más larga posible para homologar consumos muy diferentes a los reales. Pero Mazda habla de consumos «reales», por lo menos tan reales como exige el nuevo ciclo de homologación WLTP que será el que le toque cumplir, por lo que parece que estamos ante una mejora en eficiencia que veremos en el uso real de los nuevos coches gasolina de Mazda.
Mazda ha basado el nuevo motor en la posibilidad de trabajar con encendido por compresión, una de esas quimeras que ha perseguido la industria del automóvil desde hace décadas. Gracias a este diseño el nuevo motor gasolina será capaz de alcanzar un rendimiento térmico del 56%, un dato realmente sorprendente que lo colocan en cifras de motores diésel. Aunque el funcionamiento en modo encendido por compresión no será posible en todas las cargas de motor, seguirá habiendo bujías y encendido por explosión en determinadas circunstancias, el constructor nipón ha optimizado la cámara de combustión y todo cuanto interviene en ella para que la mejora en eficiencia se de incluso en el escenario menos favorable.
Durante las primeras pruebas realizadas por medios del nuevo motor SPCCI, se confirma que pertenecerá a la familia Skyactiv 3, Mazda también ha anunciado su negativa a introducir cambios automáticos de 7,8,9 o 10 relaciones, y sencillamente lo hace porque dicen no necesitarlos. Las nuevas mecánicas de 2 litros SPCCI además de ser hasta un 30% más eficientes, lo serán en todo el tacógrafo y con mejoras del par motor en hasta un 20%. Estos datos, unidos también al carácter de conducción deportivo que pretende imponer Mazda en sus coches dan como resultado un cambio que será revisado con respecto a lo ya conocido pero manteniendo las mismas relaciones para ofrecer un funcionamiento que prime la experiencia de conducción incluso sin penalizar los consumos y emisiones.