Seat es una de esas marcas que cuidan y tratan se conservar su historia, enorgulleciéndose de ella como podemos ver en su famosa Nave A122 y sobre todo, y gracias al departamento de Seat Coches Históricos, la mantiene viva sacando a pasear sus más preciados tesoros, y de vez cuando también a correr, aunque ese no es precisamente el caso que nos ocupa.
Seat Toledo eléctrico: el coche de las Olimpiadas del 92
SEAT Toledo
Corría el año 1992 y Seat se embarcó en un ambicioso proyecto con tan solo 3 meses de tiempo: fabricar un Toledo eléctrico para la maratón de los Juegos Olímpicos. En esa época nos creíamos imparables, en Sevilla teníamos la Exposición Universal, y en el otro extremo del país, en Barcelona, los Juegos Olímpicos en los que actuaron en un mismo escenario dos grandes como Freddie Mercury y Monserrat Caballé, siendo esa actuación un mero reflejo de la época de «vacas gordas» que estábamos viviendo.
En ese contexto la firma de Martorell decidió construir este Toledo eléctrico como coche guía de la maratón, pues según el reglamento el vehículo que abre la prueba debe ser cero emisiones, y aprovechar ese escaparate mundial que resultaba ser una oportunidad inigualable. Para ello partieron de una versión convencional en la que instalaron un pequeño motor eléctrico de solo 16 kW (22 cv) y llenaron su maletero con 16 baterías de plomo-gel que pesaban 500 kg. Con estos datos las prestaciones no eran de infarto, una velocidad máxima de 100 km/h y una aceleración de 0 a 70 km/h en unos eternos 28 segundos, pero el reto no era ese, sino poder completar con éxito los 42,2 km de distancia que tiene una maratón. A ello se le unía la imposibilidad de probarlo por el mismo recorrido en el que semanas más tarde haría su debut, ya que ello supondría tener que cortar calles y circular en dirección contraria. Así, el equipo de ingeniería capitaneado por Thomas Kurz llevó a cabo una serie de ensayos y pruebas sobre un banco de rodillos, simulando los parámetros de ese entorno urbano que previamente habían recogido. Esas simulaciones arrojan una autonomía de 55 km: 1,3 maratones ¿muy justo?
Finalmente se enfrentaron al último escollo que no distingue entre un «pequeño petrolhead» o una multinacional como Seat, y no es otra cosa que matricularlo. En primer lugar realizaron la matriculación en Alemania, donde la normativa presentaba menos ambigüedades y lagunas para matricular un vehículo 100 % eléctrico, para seguidamente iniciar los trámite de importación a España y posterior matriculación, trámites que pasan ineludiblemente por la ITV. Según comenta el propio Kurz, en la inspección tuvieron que demostrar que su velocidad era de 50 km/h y que podía frenar a esa velocidad en una distancia específica, la cara de asombro que tendría el operario de la ITV ante el equipo de ingeniería de Seat sería para enmarcarla. Finalmente, consiguieron la tan ansiada placa de matrícula: B-5602-MT.
Llegados a este punto te estarás preguntando si superó su misión, pues sí que lo hizo, y por partida doble. Primero como coche guía en la maratón de los JJ.OO., tal que como tenían planeado, y semanas mas tarde repitió su hazaña en los Juegos Paraolímpicos. A día de hoy este Seat Toledo tan especial se conserva en el museo de la marca, habiéndose sustituido su ya obsoleto sistema de baterías de plomo-gel por unas más actuales gracias al equipo de Seat Coches Históricos.
Casi 30 años de diferencia han dado para mucho
Para conmemorar esos 28 años Seat ha decido sacar a dar una vuelta a ese Toledo eléctrico acompañado por un los modelos eléctricos más actuales de la marca, el Seat Mii, y así demostrar cuánto ha avanzado la tecnología en estas tres décadas. Por ejemplo, las baterías del Mii son capaces de ofrecer una autonomía cinco veces mayor (265 km) pesando tan solo la mitad, y a ello se une un propulsor que rinde 61 kW (83 cv) y una velocidad punta de 130 km/h. Son otros tiempo y fines distintos, el primer eléctrico de Seat tan solo debía encabezar una marcha de corredores a 30 km/h, el actual ha conseguido abrir camino en la senda de la electrificación pasando el testigo al nuevo Seat el-Born.