Todavía no ha llegado el momento. SEAT S.A. presentó la semana pasada sus resultados del año 2024, anunciando unas cifras positivas en medio del momento tan complejo que vive en la actualidad la industria automotriz. El fabricante español anunció un crecimiento del 7,5% en materia de entregas globales, alcanzando los 558.100 coches vendidos y alcanzando una cifra récord de volumen de negocio de 14.530 millones, con un beneficio operativo de 633 millones de euros, un 1,3% más respecto a 2023.
Sin embargo, los responsables de la compañía tendrán que valorar cada uno de sus movimientos a tenor de las dificultades que afronta el sector, especialmente después de los numerosos cambios en materia de aranceles que pueden perfectamente suponer todo un terremoto en cualquiera de los balances económicos incluso de los fabricantes más saneados.
En el caso de SEAT y CUPRA, Wayne Griffiths, su director ejecutivo, ya alertó de las consecuencias que podría tener sobre el futuro de ambas marcas el que se mantuvieran los aranceles al automóvil eléctrico producido en China, entre ellos el CUPRA Tavascan, considerado como uno de los modelos fundamentales para la estrategia especialmente de CUPRA, pero también para la viabilidad económica del conjunto.
Si el SUV 100% eléctrico de la marca de Martorell es clave para los objetivos de SEAT S.A. en el futuro más cercano, muchos se han cuestionado las razones por las que SEAT no tiene por el momento un vehículo eléctrico en su catálogo (con permiso del icónico Seat Toledo eléctrico del año 1992), algo especialmente llamativo no sólo cuando te centras en CUPRA; sino especialmente en otras firmas del Grupo Volkswagen como es el caso de Skoda.
¿Cuándo llegará el primer eléctrico de SEAT?
El propio Wayne Griffiths ha sido el encargado de establecer un marco temporal en el que se podría mover la llegada del vehículo eléctrico de SEAT, algo que en principio no debería producirse hasta finales de la actual década después de que el CEO reconociera en declaraciones recogidas por Autocar que «aún no es el momento para un vehículo eléctrico de SEAT», ya que «tendría que ser rentable». Aun así, el directivo es consciente de que ese momento tendrá que llegar ya que, “para que SEAT tenga un futuro seguro, necesitamos tener un futuro eléctrico”.
Con todo ello en mente, Griffiths aclaró que el cronograma actual apunta a que se tomará una decisión sobre de cara a 2030 y que esto es debido a que la compañía “en este momento está en una buena posición”, lo que ha llevado a que la llegada de un vehículo eléctrico firmado por SEAT no se establezca como una prioridad inmediata. Esta hoja de ruta apunta a que, para entonces, se debería haber conseguido por parte de la industria un concepto de vehículo 100% eléctrico más barato de producir y más accesible por parte de los usuarios, por lo que sería el momento de entrar con un producto mucho menos ‘premium’ que el corte de vehículos que por ejemplo comercializa CUPRA.