Pasar por el taller de chapa y pintura es algo que tarde o temprano ocurre, y aunque la mayoría de las veces esta visita es por simples desperfectos, también hay veces en los que el chasis y la estructura de seguridad a la que da vida se ve comprometida. No llegamos a comprender cuán importante es el chasis de un vehículo en caso de accidente, así como tampoco somos capaces de entender que cualquier defecto o anomalía en la reparación de un chasis puede agravar las consecuencias de un accidente.
La seguridad de nuestros coches y las reparaciones
Lo primero que debemos tener en cuenta es que todo coche está desarrollado a partir de una estructura diseñada para ofrecer la más alta protección en caso de accidente. Se trata de un diseño que persigue el único objetivo de proteger a los ocupantes ante impactos de todo tipo provenientes del exterior, empleando soluciones para absorber la mayor cantidad de energía mediante la deformación progresiva, pero al mismo tiempo garantizando unos altísimos límites de resistencia para evitar el aplastamiento, la penetración en el habitáculo o la rotura de cualesquiera de las piezas que dan vida a esta “jaula” de seguridad.
Pero no es menos cierto que esta estructura vital puede ser objeto de leve deformación o rotura en determinados impactos de baja o media consideración, pudiendo llegar a ser reparados. El problema es que al hablar de zonas críticas destinadas a semejante fin se hace especialmente importante considerar las consecuencias de esa reparación, pues por buena que esta sea, siempre termina afectando a las propiedades de los materiales y a las características del conjunto del que forma parte. Por regla general existen zonas no reparables en los coches, zonas que dada su vital importancia en materia de protección, o bien se obliga a la completa sustitución o bien se desaconseja la reparación del vehículo si no existe fórmula capaz de respetar unos mínimos requisitos de seguridad ante futuros impactos.
Cómo puede afectar una reparación a la seguridad de los coches
El problema se da cuando talleres de dudosa reputación no sólo no tienen en cuenta los problemas que puede generar realizar reparaciones en zonas críticas, sino que además las realizan sin tener demasiado en cuenta cómo afectará esa reparación a la pieza en sí y a toda la estructura de la que forma parte. En el vídeo que acompaña esta entrada puedes ver de forma muy gráfica como una mala reparación puede terminar por provocar un comportamiento poco satisfactorio ante una colisión, una situación que es provocada por un arreglo que ha alterado por completo las características del material y su función.
Prevenir las malas reparaciones es bastante difícil, por lo menos sin los conocimientos técnicos necesarios para detectarlas. Aún así, sí que podemos aconsejarte que siempre acudas a talleres de confianza, que huyas de las reparaciones milagro y baratas a base de piezas de segunda marca, usadas o de desguace, pues pocas veces se cumple tanto el refrán que reza que lo barato sale caro. Además, con la aprobación de la reforma de las ITV, uno de los puntos en los que se pretende poner especial ojo es en el uso de piezas usadas y modificaciones no reguladas, dos aspectos que suelen darse más a menudo de lo que pensamos.